FRANCO

Villamisar25

José de Villamisar – desde PEÑALABRA
Desde el año 1975 fecha en la que enterraron a Franco en el Valle de los Caídos, nunca ese personaje, había tenido tanta cobertura informativa como la que está teniendo en la actualidad. Todos los periódicos escritos y digitales, televisiones, emisoras de radio, tertulias, etc., abren los informativos hablando de Franco, unos quieren desenterrarle y lo preconizan abiertamente, otros les da vergüenza defender lo contrario y lo dicen como a hurtadillas, pero lo cierto es que se ha abierto un debate nacional como si fuera el problema más grande que tenemos los españoles.
A mi particularmente, y creo que a muchos españoles, me da igual, que lo dejen donde está, que lo cuelguen de la Cruz, o que se lo den a los quebrantahuesos. Lo que sí ya no me da igual es que el Gobierno y la oposición se gasten el tiempo enzarzados con ese asunto y hagan dejación de sus funciones, que son gobernar y hacer oposición.
Pedro Sánchez logró la residencia del Gobierno con un programa que, entre otras cosas prometió: derogar la ley mordaza, derogar la reforma laboral de Rajoy, publicar la lista de los defraudadores amnistiados por Montoro, renovar el modelo de financiación autonómica, convocar elecciones cuanto antes, mantener los presupuestos generales del Estado aprobados en tiempos de Rajoy y que él había votado en contra, reactivar los pactos de Toledo , retirar a Franco del Valle de los Caídos, una ley que prohíba las amnistías fiscales, reformar el Consejo de Radio Televisión Española…, estas y muchas más son las promesas que el Presidente del Gobierno hizo en su discurso cuando la moción de censura que le llevó a la Moncloa.
Si al final deciden sacarle, ¿como lo harán?. La familia no lo quiere, ¿a dónde lo llevarán?, ¿se le van a rendir honores?, y ¿José Antonio?, y, ¿los restos de los miles de personas enterradas allí?.
Cuando enterraron a Franco en la Basílica del Valle, ni Rivera, ni Casado, ni Iglesias habían nacido y Sánchez era un bebé con babero. Yo sin embargo recuerdo aquel entierro con absoluta precisión y viví los tiempos posteriores con mucha ilusión, pero también con miedo, temíamos, en mi Partido de entonces, que una ráfaga de viento, o un General con ansias de hacer historia mandase al traste con aquella débil e incipiente democracia que estábamos construyendo.
Sabía también lo difícil que es deshacerse de un Dictador y más difícil todavía, por no decir imposible, es borrarle de la memoria colectiva.
Por la tele vi también como colocaban una losa de dos toneladas que ponía fin a la dictadura, y ahora muchos años después una pesadilla franquista vuelve a la agenda política.
Y como preguntaba anteriormente, ¿a dónde de le llevarán?, podemos hacer lo de Juana la Loca, pasearle por Castilla, y lo peor es que, infranjamos la ley y que tengamos que devolverlo a dónde la historia lo sepultó.
Y por último decirle a los militares que firman manifiestos que los españoles estamos hasta los «cataplines» de Generales, si quieren hacer política que se presenten a las elecciones.

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