Mariano Rabadán Roldán. En la órbita de la Nave Indeleble

PersonajeMscara178

Nació en el madrileño barrio de San Blas hace 40 años y ahora vive en Bustarviejo. Huyó de la gran ciudad porque no la aguanta y por que su profesión – es actor- le permite el lujo de poder vivir dónde le plazca. Su nombre está ligado a la compañía Por Humor al Arte, aunque también forma parte del elenco de otros grupos como Teatro Percutor o Fuera de Lugar. Vinculado a la cultura De la Sierra, participa ahora en un nuevo espacio de creación, la Nave Indeleble.

 

 

 

 

 

 

¿Cómo llega uno a dedicarse al teatro?
Vengo del mundo de la plástica. En San Blás teníamos una asociación La Compañía del Krisoly nos dedicábamos a ello. Con ellos empecé en la música, en un grupo que luego ha tirado para adelante los San Blas Posse. Allí intenté tocar la guitarra y acabé cantando pero en realidad lo que nos gustaba era el show… Era un sitio ideal, porque había un taller, material para preparar… Para mí fue el principio en el mundo del espectáculo. Creamos pasacalles, animaciones… Luego fueron llegando los músicos de verdad y nos echaron… (se ríe). Me formé en la Escuela de Circo (EMCA,CARAMPA),… En éste momento en que me pica el gusanillo por el circo y el clown ya era bastante mayor. Tenía 28 años y una vida paralela: hasta ese momento era Responsable Técnico de una Empresa de Identificación Automática.
Tu formación también pasa por Argentina…
Fue uno de los momentos claves para aprender. Me fui por contactos en la Escuela de Circo, e invitado por Osvaldo Bermudez ( profesor de acrobacias). Sin embargo, a la hora de irme, me lesioné por lo que el planteamiento tuvo que cambiar. Empecé a estudiar Teatro Físico con Susana Rivero, Clown y descubrí el teatro de improvisación, donde terminé trabajando, una herramienta que no conocía y que me abre un mundo de posibilidades…
Defínete como actor
Soy un payaso. Pero no el payaso de circo clásico, me identifico más con los payasos de cine mudo. En mi vida se me hubiera ocurrido acabar en esto. Quiero decir, que en mi familia no hay precedentes en el mundo del espectáculo. Sin embargo, mi abuelo era un fanático de éste cine y del mundo del circo. De pequeño ví muchas películas de Buster Keaton, Chaplin ,El gordo y el flaco… Cuando te empiezan a hablar en la Escuela del cine mudo, me di cuenta que los referentes eran para mí cotidianos, que ya los tenía integrados.
¿Qué es la Nave Indeleble?
Un espacio abierto a todo tipo de creación, en especial escénica y plástica. Ha surgido como una necesidad lógica de colaborar diferentes compañías y personas, al igual que lo hacemos en Indeleble Comunidad Artística, que es una comunidad compuesta por cuatro compañías: Nuridraca, Masa Confusa, Por Humor al Arte y Yaguete Filete.
¿Qué ofrecéis?
Muchas cosas. En primer lugar, un espacio escénico alternativo a los institucionales, donde podamos ofrecer nuestros trabajos, talleres, cursos, formación, o simplemente el espacio para que otra gente desarrolle sus proyectos. Un lugar cercano, que nos permite transmitir esa cercanía.
Ahora mismo funcionan ya talleres de danza oriental, artes escénicas para niños y hay previstos talleres de improvisación, plástica, trabajo en familia, y varias técnicas de teatro: personaje, improvisación e iniciación.
Estáis en plena preparación de una nueva edición del Encuentro de Teatro de la Sierra Norte
Si, para mí, este Encuentro ha sido una iniciativa fundamental para conocernos todos los que nos dedicamos a esto en la Sierra. Lo mejor del trabajo desarrollado por el colectivo Sierrateotra es que nos hemos podido conocer, trabajar juntos, colaborar, ver hacer a los demás y aprender…
Y esto es muy importante. Hay muy pocos sitios en los que la gente del teatro esté organizada así, de una forma profesional, pero no sólo movidos por el interés…
¿Cómo os está afectando la Crisis?
Mucho, como a todo el mundo. El teléfono ha dejado de sonar, sobre todo desde las instituciones públicas. Este es un momento para imaginar y para reinventarnos. Cuanto menos dependamos de otros entes, mejor. La Nave Indeleble es parte de esos proyectos de reinvención, de apostar por nosotros mismos.
Vivimos en un País difícil para la cultura, donde lo mejor que te pueden decir, mientras te palmean la espalda es «chaval que bueno eres, tú tenías que salir en la tele». En general, las instituciones públicas no valoran el trabajo continuado. Muchas veces se ha primado una compañía con un caché altísimo al trabajo del día a día que hacemos las compañías locales, involucrando a nuestros vecinos, transmitiendo cercanía. Todo éste tejido productivo local es el que hay que apoyar. Y más ahora, en éstos momentos.
A pesar de esto, en la Sierra no es donde peor se ha hecho. Nos podemos arriesgar a hacer un espectáculo en La Cabrera a taquilla, porque sabemos que llenamos. Y eso significa que hay público teatral . Ese trabajo de base se ha hecho desde las instituciones como la Mancomunidad de Servicios Culturales y el Centro de Humanidades y los grupos locales de Sierrateotra.

Sé el primero en comentar sobre "Mariano Rabadán Roldán. En la órbita de la Nave Indeleble"

Dejar un comentario

Tu dirección email no será publicada.


*