¡Cuidado!, un libro te puede cambiar la vida

Llevo un par de meses de gira con mi último libro, mortal. En este tiempo me he cruzado con bastantes personas que se han excusado por no ir a las presentaciones porque «no les gusta la poesía, no la entienden», y otras excusas del mismo tipo. Yo siempre les digo que no pasa nada, que es normal y que no tiene nada de malo. Lo que sí que pasa (y esto os lo cuento aquí a ti, que lees el Senda Norte) es que te estás perdiendo la oportunidad de descubrir mundos nuevos que, si no lees poesía, pasarán de largo. 

Sé que cuesta, que los poetas a veces (no pocas) nos ponemos exquisitos con nuestras metáforas y nuestro lenguaje no siempre claro y luminoso, pero hay algo, una especie de honestidad secreta, que los lectores pueden descubrir debajo de tantas letras y que, literalmente, te puede cambiar la vida. 

De hecho, me pongo mi ejemplo: hasta los 20 años no leía poesía, no la entendía. Había tenido que estudiarla, pero no, no entraba. Me gustaba leer, leía bastante, pero la poesía siempre se había quedado al otro lado, no me atraía porque me parecía costosa y difícil. Sin embargo, un día, pensando que se trataba de un libro de relatos, encontré el libro que me cambió la vida: Se llamaba Altazor, lo escribió Vicente Huidobro en 1931, y de alguna manera estaba jugando con las palabras:

Nací a los treinta y tres años, el día de la muerte de Cristo; nací en el Equinoccio, bajo las hortensias y los aeroplanos del calor.
Tenía yo un profundo mirar de pichón, de túnel y de automóvil sentimental. Lanzaba suspiros de acróbata.
 Mi padre era ciego y sus manos eran más admirables que la noche.
 Amo la noche, sombrero de todos los días.
 La noche, la noche del día, del día al día siguiente.
 Mi madre hablaba como la aurora y como los dirigibles que van a caer. Tenía cabellos color de bandera y ojos llenos de navíos lejanos. 

Empecé a leer y no pude dejarlo. Y hoy, 17 años después, con varios libros de poesía publicados, puedo decir que mi vida habría sido mucho más triste, mucho más superficial y simple si no me hubiera atrevido a seguir leyendo aquel libro que encontré por azar. 

Sé el primero en comentar sobre "¡Cuidado!, un libro te puede cambiar la vida"

Dejar un comentario

Tu dirección email no será publicada.


*