Ayuso mata a mi pueblo.

Ayer no pude más que sentir orgullo al ver a mis padres y tíos al defender el derecho primero y principal de todo ser humano: el de estar vivo. Vecinos de Torrelaguna, Torremocha de Jarama, Patones y El Atazar se manifestaron el pasado sábado a las puertas del servicio de urgencias de su centro de salud, el cual tuvo que cerrar por primera vez en casi un siglo por falta de personal sanitario tras el último ataque de la Comunidad de Madrid a la Atención Primaria.

La indignación, impotencia e incertidumbre que ha estallado por toda la sierra madrileña ha sido la gota que ha colmado el vaso de esta comarca de 42 municipios, con una densidad de población de 25,49 hab/km² (muy por debajo de la media nacional, de 93,76 hab/km² ), formando parte por tanto de la llamada España vaciada. Una comarca que sufre los mismos problemas que el resto de medios rurales por sus características geográficas y el estancamiento económico, sin un plan claro de desarrollo socioeconómico sostenible de futuro más allá de ser la gran zona verde de la capital donde venir a comer un asado o un chuletón.

El deterioro de los servicios públicos en la cantimplora de Madrid, la sierra que albergan los canales y pantanos que dan de beber a la metrópolis, ha ido en caída en las últimas décadas: con unos Servicios Sociales insuficientes; centros educativos masificados en primaria y secundaria, y sin apenas oferta educativa en Formación Profesional; sin más alternativa para las personas mayores y dependientes que poder gastar los ahorros de toda una vida en el copago de la residencia de mayores concertada de turno.

La alternativa que nos queda es ser absorbidos por el sumidero que supone la gran ciudad, ya sea como alternativa de ocio, laboral o académica, sin apenas interconexión entre las diferentes subcomarcas y con una frecuencia de paso de autobuses de 30 min. de media en el mejor de los casos y de 2 pases diarios (sí, dos autobuses al día en jornadas laborables) en el peor de ellos. Todo un peregrinaje.

La Sierra Norte ha sido, y sigue siendo, la Sierra Pobre. Sin una verdadera apuesta por un plan de desarrollo social y económico, sin unos servicios sociales básicos y de calidad, nuestra comarca se muere. Con el cierre de la urgencias sanitarias, con un recorrido de 50 minutos desde Rascafría o de 1:10 h. desde Puebla de la Sierra al hospital de referencia (Hospital Infanta Sofía, San Sebastián de los Reyes), Ayuso mata a mi pueblo.

Mi reconocimiento a Bárbara, que se parte el pecho por sus bebés de la UCI pediátrica; a Rocío, que ha tenido que marcharse a trabajar a Guadalajara; a Andrea, que sin medios ni personal nos atiende en las urgencias del hospital; a Inma, que tan bien cuidó de mi abuelo Paco y tras 31 años la han trasladado de su puesto de trabajo; a Vicente, que desde su retiro como médico de familia sigue dando la batalla por una sanidad pública y de calidad en el Madrid rural.

Jorge Benito Martínez.

Profesor de Geografía e Historia del

IES Luis García Berlanga (Guadalix de la Sierra)

y vecino de Torrelaguna.

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