LOZOYA – Iglesia El Salvador

13 de agosto, 20:30 h
Exit – Il Sud

Actividades verano 2022. Clásicos en verano

Hoy en día conocemos bastante bien la música para violín compuesta en el norte de Italia en el siglo XVII, pero el repertorio del sur de la península sigue siendo un territorio poco explorado. Nápoles, Palermo o Mesina estaban viviendo un momento de gloria a principios del siglo XVII. Al igual que Milán o Venecia, eran faros de modernidad y atraían a grandes artistas y sus innovaciones. También, al mismo tiempo que las ciudades del norte, conocían el auge de un instrumento que se conviertió en poco tiempo en indispensable para la expresión de los affetti: el violín.

Trabaci, heredero de la gran escuela de tecla napolitana, figura entre los primeros compositores del sur en interesarse por este instrumento: en 1615 publicó una canzona para « concerto de viole, o di violini » dentro de su obra para tecla. Leoni, que fuera alumno del mapolitano Nicoletti (el primer violinista conocido al sur de Roma), publicó la primera colección de piezas escritas exclusivamente para el violín en 1652 en Roma. Escritas en un estilo muy personal, como reconoce el propio autor, sus sonatas oscilan entre arcaísmos modales, osados cromatismos y cambios de affetti repentinos propios del estilo de la seconda prattica.

De entre los alumnos de los grandes polifonistas napolitanos de finales del Renacimiento, como De Macque, cabe destacar a Falconieri. Su producción abarca desde piezas a tres voces hasta sinfonie, canzoni y fantasie, que no tienen nada que envidiar a las de Marini o Fontana.

En Sicilia, otros compositores escribieron de forma verdaderamente brillante para el violín, como Montalbano, quien trabajó como maestro de capilla en la iglesia de San Francesco de Palermo y publicó sus sinfonie en 1629, obras atrevidas para su época (como las de Castello, publicadas en Venecia en la misma época que las del palermitano).
Finalmente, Pandolfi Mealli, del que conocemos su actividad en Innsbruck, pero que se fue del Imperio hacia 1665 para instalarse en el sur de Italia. Fue contratado como músico en la catedral de Mesina y publicó una colección de piezas para violín, llamadas precisamente Sonate messinesi, en las que hace brillar el instrumento gracias a su expresividad en una serie de capricci y balli dedicados a varios de sus ilustres colegas sicilianos, como Storace o Falvetti.

El programa Il Sud explora este repertorio instrumental prácticamente inédito

EXIT es una puerta abierta, una invitación a la evasión. Es el grupo formado por el violinista Emmanuel Resche-Caserta (Les Arts Florissants) con un grupo de amigos músicos para llevar a cabo sus proyectos musicales más personales.