CUANDO EL MUNDO ERA OTRO

Rosa Ortega Serrano

Me he quedado vacía, hueca, maltrecha de perplejidad y sinrazón. Siempre he pensado que el jefe me hacía un favor brindándome este espacio para publicitar mis inquietudes y liberarme de mis posibles problemas psiquiátricos. Sin ánimo de convencer a persona conocida, intentando sacar a la luz las verdades de mis poetas favoritos, iluminando mi hueco del periódico con el lenguaje, preciso y bello, de los más sabios, he llegado hasta aquí pasando por la educación, la filosofía, la literatura y aterrizando torpemente en la política. Sé que no sé nada y que sin el consuelo de Ida Vitale, Leopoldo Panero, Mahmud Darwish, Jorge Riechmann, Alfonsina Storni(y todos los poetas que he ido citando mes a mes), sabría menos. Pero, como dice Louise Glück (Premio Nobel de Literatura 2020): “Si antes fuimos carne intacta,/ahora éramos niebla./Si antes fuimos un objeto con sombra,/ahora éramos sustancia sin forma, como evaporadas/sustancias químicas./Relincha, relincha, decía mi corazón,/o tal vez, renuncia, renuncia: no era fácil saberlo.” 

No sé de qué hablar porque me siento desinformada. Durante años compraba y leía mi periódico favorito cada día, me sentía dueña de las noticias y utilizaba argumentos como propios que había leído ese día. Tenía datos para opinar, ahora esos datos controlan mi opinión. Los ingenieros crean algoritmos que transforman esos datos que les servimos todos los días y a todas horas, en conocimiento sobre nosotros mismos. Es un lío, les contamos cosas para que nos cuenten las cosas que tenemos que pensar, comprar o vivir. 

Me gustaría enterarme de una noticia como máximo cada día, y ninguna seleccionada para mí por Google. Por ejemplo: “El gobierno de Ceuta ha recibido más de 4400 llamadas desde Marruecos preguntando por niños perdidos” (Infolibre, sábado 22 de mayo). Sería suficiente con suscitar curiosidad e intentar entender más sobre esta crisis humanitaria que nos traslada a aquella marcha verde del año 1975. Esta información me llevaría a preguntarme: ¿qué hace el ministro del interior Grande-Marlaska hoy en Melilla (sábado, 22 de mayo); y también: ¿por qué, el 25% de los alumnos de Ceuta siguen sin ir al colegio?

Otro día leo en El País: “El plan de vuelta al cole en septiembre: los grupos burbuja serán de hasta 25 y 30 alumnos según la edad.” Como tengo tiempo para pensar y relacionar, recuerdo aquella otra noticia del mismo periódico: “La bajada de ratios en las aulas de Madrid provoca que el 90% de alumnos de 1º y 2º de la ESO apruebe todo.” Y como sigo teniendo tiempo me pregunto: ¿por qué no mantener las ratios si es uno de los mejores remedios que tenemos para mejorar la educación? 

Y así mediante una dosis correcta, por la vía correcta, a la hora correcta y al paciente correcto, recibiría la dosis adecuada de información para conseguir el efecto deseado, entretener, crear opinión, pensar y cuestionar. Pero bueno, tal vez esta sensación de que no me entero más que de lo que me ofrecen esas píldoras informativas que me receta el doctor Google es solo cosa mía, que me estoy haciendo mayor.

Acabo con los versos de Louise Glück: “Aquí finalizó la visión.  Estaba en mi cama, el sol de la mañana. /se alzaba satisfecho, el edredón de plumas/formaba blancos montones sobre mis piernas. /Habías estado conmigo:/había una marca en el segundo almohadón. /Habíamos escapado de la muerte…/¿O era esta la vista desde el despeñadero?

¡Que tengan buena y pronta vacunación!

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