Rosa López

Queridas vecinas y vecinos de la Sierra Norte:

Hace poco leíamos en las noticias la rápida y organizada respuesta de tantas personas que, desde sus casas, están fabricando material para ayudar a los que nos están cuidando en esta pandemia (mascarillas, batas, viseras y patucos). Una respuesta solidaria, de generosidad ciudadana, de agradecimiento y esperanza en que uniendo esfuerzos se puede ir construyendo un mundo más humano. Leer esas noticias nos hacía más llevadero el necesario y difícil confinamiento.

Pero hace unos días otras noticias leídas nos amargaban esa esperanza y nos encogían el ánimo. La Comunidad de Madrid, a través de su Consejería de Educación, ha decidido suspender los convenios suscritos con los Ayuntamientos locales para el funcionamiento de las Casas de Niños y las Escuelas Infantiles de la red pública de la Región. Argumentando que no se está dando el servicio, al no poder asistir el alumnado por el estado de alarma, la Consejería de Educación deja de aportar su parte económica mensual a los Ayuntamientos hasta que vuelva a  permitirse la asistencia del alumnado a los Centros. Se basan, dicen, en un criterio de legalidad en el convenio, pero seguro que se redactó sin imaginar nunca  que se pudiera dar una situación tan excepcional y dramática como la que estamos viviendo. 

Cuesta creer que desde una Administración pública que continuamente está pidiendo en los medios de comunicación actuaciones coordinadas, conjuntas, capacidad de diálogo y escucha, en un momento tan excepcional y doloroso como el que estamos viviendo, suspenda de forma unilateral sin escuchar a Ayuntamientos, profesionales educativos y familias y deje abandonadas a las Entidades Locales ante un panorama muy difícil para la reconstrucción del tejido económico y social de sus localidades.

He trabajado muchos años conjuntamente con los Ayuntamientos de la Sierra y me consta el enorme esfuerzo, económico y de sensibilidad,  que cada uno de ellos ha hecho para mantener unas Casas de Niños y unas Escuelas Infantiles con altas dosis de calidad y profesionalidad. Los Ayuntamientos  reconocen y valoran el buen trabajo que se hace en estos Centros Educativos y saben que sus profesionales siguen atendiendo, cuidando y apoyando a su alumnado y a sus familias. No hay presencia física, porque no se puede por el estado de alarma, pero de forma online aportan materiales, sugerencias, apoyos emocionales y en equipo siguen trabajando en red haciendo sus tareas administrativas y de formación. Siguen pendientes de las tareas como el resto de profesionales de otros Centros Educativos. ¿Por qué a la Consejería de Educación le cuesta tanto aceptar al Primer ciclo de Educación Infantil, 0-3 años, como parte de la primera etapa educativa? ¿Por qué discrimina a los profesionales de este ciclo respecto al de otros?

En este sentido me tengo que acordar de la exigencia de la Consejería a formar parte siempre de los tribunales para selección de personal de estos Centros, de las duras pruebas que ponen en el concurso-oposición, de  su presencia estelar en cada inauguración de un Centro nuevo hablando de la importancia que para la Consejería tienen, de la profesionalidad de los educadores y agradeciendo al Ayuntamiento su colaboración en el mantenimiento de la red pública educativa.

Ahora, en estos duros momentos, es cuando se necesita arrimar el hombro como Administración Regional, en situaciones excepcionales habrá que pensar en medidas excepcionales en los convenios, apoyando a los Ayuntamientos que son los que día a día intentan mantener vivos estos pueblos con muchas dificultades pero conscientes de que con el mantenimiento de las Casas de Niños y Escuelas Infantiles y sus profesionales, están protegiendo los derechos de los niños y las niñas, de sus familias, apostando por otro de los pilares esenciales, además de la Sanidad Pública por supuesto, que es la Educación Pública.

Un fuerte abrazo y ánimo y salud para todos