¿Habrá tenido juguetes?

Rosa Ortega Serrano
Un mes es mucho para no decir nada, es mucho para callar y acumular acontecimientos, es demasiado si el gobierno andaluz lo decide la ultraderecha o sigue pendiente el juicio a los políticos catalanes, es excesivo si aparece Vox o hay que aprobar los presupuestos generales del estado.
Os dejé arrugándoos como pasas, tras doce uvas rellenas de suerte y os recupero en el valle de la ruina trazado por la cuesta de enero. Y todos los días preguntándome si Lucas habrá tenido juguetes. Me lo pregunto porque no me atrevo a ir a su casa para llevárselos yo misma.
Lucas es un niño de ojos negros que comprende que le va a llevar más tiempo que a otros y otras estudiar, entender a su familia, comer bien y tener una casa segura. Es el más listo del grupo y también el más alto pero su mezcla genética, aunque haya sido por amor, no le ha traído más que inquietudes y problemas. Ya sé que de momento es ficción pero os imagináis que le hubieran preguntado a Lucas dónde quería nacer y si prefería ser hijo o tutor de sus padres para meter en sus cabezas algo de sentido común y evitarles líos en la vida.
Lucas será soldado de la paz, juez de las buenas causas, seductor de princesas sin techo o ministro. Triunfará allá donde vaya pero para eso hay que permitirle crecer. A él no le importa el disimulo, puede hacer como si no pasará nada por no tener un buen abrigo o no saber dónde va a dormir esa noche o tener que callar aunque sabe que ha pasado algo grave con su abuela pero nadie se lo quiere decir. Tampoco le importa mirar hacia otro lado cuando vamos de excursión y tal vez haya que inventarse algo para justificar la pobreza. Solo quiere que le quieran y le cuiden hasta que pueda ganarse la vida.
¿Creéis que él es el responsable de haber nacido? Si a un chico joven y guapo, que tiene móvil y vive en una aldea de un país llamado Senegal, le sugieren que puede ir andando y sufriendo, hasta que unos mafiosos le roben todo su dinero para subirle en una barcaza de chapa que le cruce hasta España, y que desde allí vaya hasta Leganés y bajo su hogar de estrellas enamore a una mujer búlgara que ha venido en avión pero sin un euro como él. Uno perseguido por ilegal y otra por pobre. Se ven, se miran y se llenan de mariposas y a los nueve meses nace Lucas y ya son tres problemas en una sola unidad familiar.
Parece una historia de amor en un contexto de pobreza, pero su solución depende del dinero que tengan los ayuntamientos para ayudas sociales y de las posibilidades que tengan los padres de Lucas de encontrar trabajo. Y esto, todos lo sabemos, a su vez depende de la Unión Europea, del Brexit, un poco de la política local y un mucho de la amable solidaridad de los vecinos de Lucas.
Y Trump, mientras, ha asegurado que la situación en la frontera del sur del país es una «creciente crisis humanitaria y de seguridad» que pone en peligro a todos los estadounidenses. ¡Qué valor!

Xenon (Alicante, 1990), seudónimo de Rubén de la Cruz, es rapero y poeta. Su nuevo disco, también poemario, es Atlántida (Boa Música, 2018).

Buceo
No creas en el amor,
le dijo el ateo al fanático.
No la llames,
la soledad al enamorado.
No le digas lo que sientes,
dijo el muro de Berlín a la Fontana de Trevi.
No la vayas a ver,
el ciego al halcón.
No le regales nada,
dijo el melómano al millonario.
No des ningún paso,
dijo el paralítico al atleta.
No sigas ese camino,
dijo el oficinista al viajero.
No la busques,
dijo el miedo a la ansiedad.
No mires sus redes sociales,
dijo la cautela a la curiosidad.
No dejes de ser tú,
dijo el orgullo a la inseguridad.
No te la folles,
dijo el creyente al joven de 18 años.
No la enfoques a los ojos,
la cámara de fotos al fotógrafo.
No soportes ciertas cosas,
dijo el conformista al perfeccionista.
No te la juegues,
el ahorrador al ludópata.
No la cagues,
dijo el adulto al bebé.
No salgas de tu zona de confort,
dijo el cobarde a la valentía.
No le sigas la corriente,
dijo el caucho a la electricidad.
No sé lo pongas fácil,
dijo la coraza a la diana.
No busques consuelo,
dijo el que no arriesga al paracaidistas.
No busques en los demás
lo que tú no tienes,
dijo el que tenía todo
al que no tenía nada.
No lo hagas, dijeron las ganas,
y todo sin saber nada porque al final,
después de tanto,
no hacer algo que querías
siempre ha dolido más…
…mucho más.

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