El proyecto Luz y Color para Dignificar Nuestro Espacio obtiene el primer premio en la categoría Solidaridad y Derechos Humanos en la cuarta edición de estos premios de carácter estatal
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UN VIAJE DE LUZ, COLOR Y ENRIQUECIMIENTO PERSONAL

El proyecto Luz y color para dignificar el espacio, iniciado en el IES La Cabrera en el curso 2016, se ha subido durante estas vacaciones de semana santa a un avión con seis alumnos/as, cuatro profesoras y dos jóvenes solidarias para dirigirse a los campamentos de refugiados saharauis. Ello, ha sido posible, gracias a la segunda edición del proyecto IlustraSahara de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes. Allí, en el Hospital de la Wilaya de Ausserd, con el diseño y dirección de la profesora Beatriz Moraga, hemos llevado a cabo unas ilustraciones de cinco árboles que simbolizan los cinco continentes y cuyas raíces imbricadas representan la cultura saharaui con los colores de su bandera como símbolo de identidad.
Hasta aquí el relato oficial de un viaje que se sustenta por un lado, en la importancia que desde el IES La Cabrera le damos al reconocimiento y gestión de las emociones y a la influencia que tienen el color y la luz de los espacios en las mismas. Por otro, en el que desde la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui le otorgamos a alimentar el espíritu de aquellos que llevan cuarenta y tres años esperando.
Para todas nosotras, las profes, ha supuesto la oportunidad de hacer realidad, eso que en la jerga educativa diríamos la formación integral de nuestro alumnado. En el deseo de que consigan ser personas libres y críticas en una realidad que nos muestra solo una parte mínima del mundo, la de Europa, la vieja Europa cada día más caduca en valores humanos y en justicia social, y si no que se lo pregunten a los saharauis…
Una experiencia inolvidable en la que nuestras alumnas no solo han estado a la altura de las circunstancias, que en un campo de refugiados no siempre es fácil, sino que han disfrutado, investigado y participado de forma plena durante la semana de nuestra estancia.
Hemos tenido el privilegio de conocer a Saad nuestro guía y mentor en el proyecto, ese cubaraui que salió de los campamentos a los 12 años para viajar a Cuba y vuelve a los campamentos siendo médico para que se beneficie su pueblo de la oportunidad que él ha tenido, un ejemplo de generosidad y de servicio a su comunidad que para un occidental es inconcebible.
A nuestras adorables familias de acogida, Nayat y Raguia a las que les damos las gracias por abrirnos las puertas de sus haimas y de sus corazones… su relato es el de aquellas mujeres que huyeron de lo que en la actualidad conocemos como los territorios ocupados, cuando eran aún unas niñas, las que construyeron lo que hoy son los campamentos en medio de la nada y que sustentan a diario, a nivel material y emocional, a sus hijas e hijos. Para mí son un ejemplo de mujeres empoderadas y valientes, de mirada tranquila y sonrisa serena. A sus hijas e hijos decirles que las noches bajo las estrellas, sus canciones y ese barreño tambor permanecerán en nosotras como uno de los regalos más preciados. La hospitalidad y la dignidad del pueblo saharaui parece cosa de tópicos pero uno no sabe lo que significan estas palabras hasta que tiene la vivencia de una experiencia como la nuestra.
Isabel Sánchez
Profesora del IES La Cabrera

Socia de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes