La revolución de los Abuelos

SendaNortelogoOpinionok

José de Villamisar – desde PEÑALABRA
La finalidad de la Seguridad Social es garantizar unas prestaciones sociales concretas e individualizadas, para que determinadas personas en situación de necesidad puedan hacer frente a las diferentes contingencias en las que puedan estar situadas.
La Seguridad Social se creó en España a principios del siglo pasado, con la creación del primer seguro social, seguro de accidentes en el trabajo. A partir de ahí fue experimentando una serie de reformas hasta llegar a la situación actual.
Ya en 1908 se crea el Instituto Nacional de Previsión, en el que se integran las distintas cajas que gestionan los seguros sociales que van surgiendo, como el Retiro Obrero y más tarde el Seguro de Maternidad en 1929.
En la Dictadura de Franco, aparece la Ley de Bases de la Seguridad Social, cuyo objetivo principal era la implantación de un modelo unitario e integrado de protección social.
A principio de la democracia en los Pactos de la Moncloa, se crea un sistema de participación institucional de los agentes sociales que favorece la transparencia y racionalización de la Seguridad Social.
En la década de los 80, con un gobierno socialista, presidido por Felipe González, se mejora y perfecciona la protección al extender las prestaciones a colectivos no cubiertos, universalizando así las prestaciones de la Seguridad Social.
En 1995 se firmó el Pacto de Toledo, apoyado por todas las fuerzas políticas y sociales, que establecía una serie de medidas para garantizar la estabilidad financiera y las prestaciones futuras de la Seguridad Social.
En el año 2000, con un Gobierno del Partido Popular, se crea el Fondo de Reserva de la Seguridad Social, también llamado «Hucha de las Pensiones», con el fin de garantizar las necesidades futuras en las prestaciones contributivas, ojo, «CONTRIBUTIVAS». Esta hucha llegó a tener unas reservas de 66,800 euros en el año 2012.
Como consecuencia de la crisis económica, desde el año 2012 se fueron retirando cantidades hasta la actualidad en que se dice que la «Hucha» está vacía.
Al ser los ingresos de la Seguridad Social inferiores a los gastos, o sea las prestaciones que tiene que cubrir, ahí tenemos el problema.
El Gobierno anuncia euforicamente que ha sacado a España de la crisis y que crecemos a un ritmo del 3%, sin embargo ese crecimiento, esa riqueza que se crea, no se reparte, o al menos no llega a las clases más necesitadas, el empleo, aunque es verdad que se crean puestos de trabajo, son en su mayoría precarios y con sueldos irrisorios, como consecuencia los ingresos a la Seguridad Social son también bajos y no dan para los gastos.
Con un 3% de crecimiento económico se incrementa las pensiones un 0,25%, los pensionistas se enfadan y salen masivamente a la calle en todas las ciudades y pueblos de España, se movilizan para defender el mantenimiento del poder adquisitivo de sus pensiones.
El Presidente del Gobierno supedita la mejora de las pensiones a que se aprueben los Presupuestos, mejorar las pensiones más bajas y concentrar las ayudas en el IRPF.
Toda la oposición en bloque se lanza en pedir al Gobierno que actualice las pensiones de acuerdo a la evolución del IPC, o sea el 1,1%.
Tomando como ejemplo una pensión mínima de 640 euros, le aplicamos el 0,25 y resulta una mejora de 1,6 euros. Si le aplicamos el 1,1% que reclama la oposición se obtiene una revalorización de 7,04 euros, aunque la diferencia es «considerable» 5,44 euros, no deja de ser bizantina y demagogica esa discusión. Si la pensión es una miseria, que lo es, sigue siendo una miseria cualquiera que sea la revalorización que discuten.
Señores políticos, de derechas, de izquierdas, de centro e incluso nacionalistas, los ciudadanos estamos hartos de todos ustedes, déjense de demagogia y de tomar el pelo a los abuelos. Tomen ejemplo de Alemania, dejen a un lado los intereses partidistas y negocien el presente y el futuro sostenible de las pensiones, porque lo que están haciendo todos ustedes es puro populismo. ¡A trabajar Señores!

Sé el primero en comentar sobre "La revolución de los Abuelos"

Dejar un comentario

Tu dirección email no será publicada.


*