AUNQUE RESULTE PESADA

Rosa Ortega Serrano
Descubrí hace tiempo que las mujeres pueden ser machistas y los hombres feministas y que las mujeres tienen cualidades masculinas y los hombres deben tener rasgos femeninos. La pureza de la sociedad es cosa del pasado y la curiosidad para la exploración de la condición humana es infinita. Entendí entonces (más o menos) que no es lo mismo sexo (característica biológica), que género (características diferenciadas que cada sociedad asigna a hombres y mujeres) y que es un error por mi parte repetir la frase «realizo tareas propias de mi sexo», aunque tenga cierta carga de ironía. Es tan importante cuidar el lenguaje como las acciones y tan necesario cambiar el adjetivo «guapa» por el de «lista», como evitar aquello de «los hombres no lloran».
Una de las palabras más maltratadas y desprestigiadas de nuestra jerga ideológica es «feminismo» . Para muchos hombres y mujeres es una palabra pasada de moda, propia de una pandilla de mujeres «protestonas», que quisieron ocupar el lugar de los hombres. ¡Gran error!, deberíamos estar agradecidas eternamente a las mujeres que lucharon y luchan por mejorar la vida de otras mujeres, que denuncian los asesinatos machistas y que siguen manteniendo viva la llama de la lucha por la intolerancia y las desigualdades.
Por supuesto que la escuela, que busca siempre el florecimiento del desarrollo personal y comunitario, es uno de los lugares imprescindibles para garantizar y expandir el aprendizaje de la igualdad, pero como casi todo en educación requiere de una intención y de unos medios. Las expertas nos dicen que la mejor forma de cambiar el discurso educativo pasa, entre otras cosas, por incluir la igualdad de género en la agenda de los centros docentes y que es necesario revisar el currículo, porque no puede ser que apenas aparezcan científicas, escritoras, deportistas, etc. en los contenidos que recogen los libros de texto ( «Únicamente un 7,6% de nombres femeninos figura en los libros de texto de las asignaturas de la ESO, porcentaje que incluso se reduce en el caso de Tecnología (0,9%), Ciencias Sociales (4,9%), Física y Química (4,5%), Informática (3,4%) o Latín (2,7%). En Bachillerato la situación no mejora: Rosalía de Castro y Emilia Pardo Bazán son las dos únicas autoras citadas en la ordenación del contenido de literatura que marca el ministerio»). Es curioso que un mundo como el educativo protagonizado por mujeres, esté legislado por hombres.
Me parece importante que todos reflexionemos sobre lo que significa para la escuela del 2017 términos como igualdad, coeducación. «violencia de género digital», machismo, tolerancia, respeto, feminismo. Como siempre es tarea de todos cuidar la educación de nuestros niños y jóvenes y vigilar que las leyes y sus aplicaciones no sean ajenas al imparable progreso moral de nuestra sociedad.
Los versos son de Begoña Abad, de su libro «cómo aprender a volar»

Si algún día vienes a mi vida,
tendré que explicarte que eres una diosa.
Que nadie tiene derecho a olvidarlo.
que nadie tiene permiso
para tratarte como otra cosa.
Te enseñarán a leer, a escribir.
Aprenderás a contar, a manejar los cubiertos,
a vestirte, a caminar,
pero todo deberás hacerlo
sin olvidar que eres una diosa única,
irrepetible, valiosa
y que sólo saber eso te hace libre.
No necesitas sino de ti, para aprenderlo,
pero yo te lo repetiré cada noche
para que no lo olvides,
porque quizás un día
un príncipe azul te quiera para él
y entonces tendrás que saber
que los príncipes azules no existen
y que las diosas no tienen dueño.

 

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