Habéis venido a la Sierra Norte con un trabajo que lleva por título ‘Planeta Pel’, ¿dónde está este planeta?
A las dos nos gusta mucho viajar y nos gusta mucho la astronomía, por ello decidimos inventarnos un planeta, un lugar para descansar de la Tierra. Somos demasiados miles de millones de personas en el planeta Tierra, y las actitudes de los humanos a veces dejan mucho que desear. Como humanas habitantes de la Tierra estamos constantemente luchando contra el machismo, el capitalismo, el egoísmo y otras violencias, y a veces necesitamos un refugio, un lugar de no agresión llamado Planeta Pel, y a través de nuestro trabajo lo compartimos con quienes gusten de escucharnos.
Decís que vuestra música se sumerge en las raíces de la tradición para reinventarla, ¿de qué tradición hablamos?
Nos inspiramos en las músicas de raíz, sin distinción de lugar o de tiempo. Es cierto que las dos somos manchegas y que nuestra base es el folclore de nuestra región, pero ambas tenemos contacto de manera habitual con otras culturas que también nos influyen a la hora de crear. Esto también se pone de manifiesto en la procedencia de nuestros instrumentos. Por ejemplo, llevamos un pandero cuadrado construido por Félix Martín en Braojos de la Sierra, un pandero redondo de Guatemala que nos regaló el sacerdote maya Gustavo Pineda, unas cucharas de madera procedentes de Brasil, unos crótalos de la India, un arpa mágica de Rumanía, o una melódica de Japón, entre otros.
¿No es un poco arriesgado incluir poesía en vuestro trabajo?
Nuestro trabajo, con o sin poesía, ya es arriesgado. El hecho de no utilizar instrumentos que nos den una base armónica, como el piano o la guitarra, y que el peso de la armonía recaiga sobre las voces, hace que nuestra música no sea fácil. Si a ello le sumamos las escalas, los compases y los ritmos que utilizamos, junto a nuestras letras -que tienen su complejidad- nos alejamos mucho de la música que se escucha de manera mayoritaria. En lo que respecta a los poemas, también de creación propia, decidimos incluirlos en el espectáculo porque estamos de acuerdo con Gabriel Celaya cuando decía que «la poesía es un arma cargada de futuro».
Habéis estado de gira en Centroamérica, en Estados Unidos, China, acabáis de volver de Argentina… ¿Qué acogida tiene Dúa de Pel en el extranjero?
Lo cierto es que nos sale más trabajo fuera de España que aquí. Allá donde hemos ido la recepción de ‘Planeta Pel’ ha sido muy buena, a pesar de que en ocasiones el público no habla nuestro idioma. Por ejemplo, de las once actuaciones que ofrecimos en China dos fueron reprogramaciones porque habíamos agotado localidades. Para nosotras fue una sorpresa, porque en China no nos conocía nadie, pero el Instituto Cervantes, tanto el de Pekín como el de Shanghái, hizo una gran labor de promoción y ¡hasta firmamos camisetas!
¿Por qué os hace tanta ilusión actuar en la Sierra Norte?
Tenemos grandes amistades en esta zona, especialmente en Madarcos y en Braojos de la Sierra, donde alquilamos una casa durante varios meses. Nos gusta venir siempre que podemos y nos hacía mucha ilusión cerrar el verano con el concierto del 1 de septiembre. Desgraciadamente nos vimos obligadas a cancelarlo debido a un accidente de tráfico camino de la actuación. Por suerte no fue nada grave y poco después pudimos retomar nuestro ritmo habitual. Decidimos junto a Pilu, del Bar de Piñuécar, buscar una nueva fecha, y finalmente cantaremos allí el 21 de octubre al mediodía.