AVES DE LA SIERRA NORTE. EL ÁGUILA CALZADA

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Miguel Ángel Granado
Ahora que llega la primavera, existe mucha actividad en la diversidad de seres vivos que habitan nuestro planeta, nuestro país, nuestra comarca, nuestro pueblo. Con la llegada del buen tiempo, todas las especies comienzan la etapa de la reproducción. Es uno de los momentos más delicados pero esencial. En el caso de las aves, muchas son residentes, permanecen aquí todo el año, si acaso realizan movimientos dispersivos. Pero muchas otras son migratorias, bien sean invernantes como en el caso de los gansos, sobre los que hablábamos en el anterior artículo o, estivales, como en el caso del presente. Mientras que las primeras, abandonan nuestra geografía para subir a latitudes más norteñas, las segundas vienen del sur, sobre todo del continente africano, para criar en España o países más al norte de Europa. Dentro de las aves migratorias, las hay de todo tipo: desde los pequeños aviones comunes hasta rapaces como el Águila calzada, la protagonista de este mes.
Cuando se observa bien el vuelo del Águila calzada (Hieraaetus pennatus), es difícil que se nos olvide. Sus planeos, sus cambios de dirección, sus picados, todo un repertorio de acrobacias aéreas en una de las mejores voladoras que existen en el mundo de los seres alados. De menor tamaño que otras águilas como la Real a la que nos referimos hace tiempo, la denominada recientemente como Aguililla calzada posee dos fases de coloración bien diferenciadas: existen individuos claros y oscuros. Se estima que más del ochenta por ciento son de morfo claro, hay pocos oscuros. Existen también algunos de plumajes intermedios entre ambos. Hablamos de una rapaz de tamaño medio, alas largas y delgadas, un buen timón como cola y tarsos completamente emplumados, de ahí su nombre de calzada.
F159 Dibujo 02-150x150 copiaEn la fase clara el vientre es de color blanquecino, apareciendo zonas listadas en el pecho y la garganta; la cola es de color grisáceo y las rémiges (plumas de vuelo de las alas también denominadas remeras) son casi negras. En la fase oscura dominan los tonos pardos de diferentes matices lo que hace que, en determinados casos, podamos confundir a esta especie con otras como el milano negro. Vistas desde arriba, ambas fases son similares, destacando plumas pardas, marrones y doradas que se alternan según las zonas y un llamativo obispillo blanco. Los jóvenes son parecidos pero con tonos más apagados y, además, tienen las alas más estrechas que los adultos. Las dimensiones de los adultos llegan hasta los 50 cms. de longitud y de 1,10 a 1,35 metros de envergadura.
A partir de marzo las calzadas comienzan a llegar a latitudes europeas meridionales, procedentes del África austral y del norte; en invierno la mayoría se encuentran en el África subsahariana y el sureste asiático. En nuestro país, el mayor contingente europeo en cuanto a número de parejas, se extiende por todas las regiones aunque escasea en la cornisa cantábrica y zonas del valle del Guadalquivir. En Baleares la población es sedentaria. En el área peninsular, la mayor densidad se alcanza en zonas del centro y algunas provincias de Andalucía. En nuestra comarca, se la observará con facilidad a partir de primeros de abril. Es un ave fundamentalmente forestal aunque se adapta a varios ecosistemas. Lo normal es que construya el nido en la horquilla de un árbol, a una buena altura sobre el suelo. Tras unos vuelos de cortejo espectaculares, copularán. La puesta consta generalmente de dos huevos y, en raras ocasiones pondrán uno o tres. La incubación, durante cerca de 40 días, corre a cargo de la hembra; el macho aporta las presas para mantener la nutrición de su consorte. Así pues, durante el mes de junio nacerán los pollos que permanecen cerca de dos meses en el nido y, tras abandonar éste, aún se quedan más de dos semanas con sus padres. La alimentación de esta especie consta mayoritariamente de aves de mediano tamaño: caza palomas, perdices, córvidos como arrendajos y rabilargos, zorzales, etc. Asimismo no desprecia los pequeños mamíferos, reptiles como el lagarto ocelado y, si la comida escasea, puede consumir grandes insectos como saltamontes y langostas.
En cuanto a las amenazas, le afecta principalmente la degradación de zonas forestales debido a talas e incendios; la caza ilegal, durante el periodo de la media veda; además existen casos de expolio de nidos, choques y electrocuciones con tendidos eléctricos y la acumulación de plaguicidas en las zonas de cultivo. Todos estos factores influyen negativamente en la salud de las Águilas calzadas, que se encuentran catalogadas como De interés especial en el Listado de Especies Silvestres. Esperemos que en un futuro podamos seguir disfrutando del vuelo único de esta especie, y que su canto, que suena como un grito llamativo y aflautado, no lo sea de alarma por disminuir sus poblaciones.

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