Rafael de Frutos Brun
El día 28 de marzo de 2017 será recordado por muchos niños y mayores en Montejo como el día en que, haciendo una plantación de árboles en la llamada «casa del agua», entre la calleja del Hoyo y la de las Matosas, se da inicio a la primavera.
Este evento ha sido promovido por la asistente social dentro del Programa de educación ambiental enfocado a la biodiversidad que está apoyado por el Ayuntamiento, la reserva de la biosfera sierra del Rincón, el colegio Ángel Gómez de Andrés, la «casita» del mismo y los servicios sociales.
Lógicamente los protagonistas has sido los más de 20 niños de Montejo y de otros pueblos cercanos que acuden al colegio y que han vivido una experiencia que recordarán o les recordarán siempre sus padres y maestros y ellos contarán a los suyos haciendo memoria del ultimo martes de marzo del 2017, cumpliendo con la tradición de plantar un árbol a lo largo de su vida.
La idea es fenomenal, la ejecución perfecta, allí estaban unos sujetando el arbolillo, otros echando el agua, aquella poniendo el abono, el mayor apretando la tierra, y a la vez todos escuchando los consejos de los mayores de cómo, por qué y para qué se hacía así. Algún abuelo que pasaba hacia su huerta o su paseo, no dudó en sentirse pequeño y tomando la azada dio ejemplo de maestría.
Las especies que se plantaron fueron las siguientes: haya, roble, abedul, mostajo, fresno, y un cerezo silvestre que dudaban si era un morrino o un guindo. Todos fueron protegidos, para evitar que los animales puedan dañarlos.
Cuando los de la «casita» ya marchaban y solo quedábamos mayores pudimos ver cómo una pareja de águila calzada peleaba con otra pareja de cuervos en el aire para conquistar el espacio; mientras, un técnico de los integrantes del Hayedo nos explicó que es el momento de que el águila llegue y anide en nuestro territorio; fue muy interesante para todos.
Esto pasó en Montejo el 28-3-2017. Como lo vimos, lo vivimos y lo contamos para que no sea algo pasajero sino que se vuelva el próximo año y cunda el ejemplo.
-Porque los pueblos los hacemos más grandes o más pequeños las personas que vivimos en ellos.—
Montejo de la Sierra 28-3-2017