AVES DE LA SIERRA NORTE. LA TÓRTOLA COMÚN

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Hace casi cuarenta años, cuando era un niño con cierta conciencia de lo que sucedía a mi alrededor como para poder recordarlo hoy en día, en mi barrio del suroeste de la gran ciudad, pongamos que hablo de Madrid, había tórtolas. Tengo las imágenes un poco difusas en mi memoria y, dentro de la multitud de tonos que abundan en las palomas bravías de una urbe, existían otras aves parecidas a aquellas pero un poco más pequeñas, mucho más estilizadas y de colores llamativos; en su espalda (zona dorsal) tenían un color anaranjado salpicado de manchas negras y, sobre todo, unos tonos violáceos muy llamativos en la cabeza y el cuello, que se mostraban tornasolados según recibieran la luz. Sus ojos eran de un color rojizo. Sin duda, debían ser tórtolas.

 

Eran mucho más tímidas que las palomas, podías observarlas a cierta distancia, normalmente no tan bien como a las bravías; sólo cuando estábamos distraídos con algún juego tranquilo, las sorprendíamos próximas; en cuanto ellas se percataban que estábamos mirándolas, emprendían una huida rápida y sonora, batiendo alas; era un vuelo bastante ágil y con cambios de dirección inesperados. En mi barrio entonces apenas había parques pero había mucho monte, era como si la cercana Casa de Campo llegara hasta allí. Hoy en día hay muchos más edificios y esas zonas verdes salvajes han desaparecido; a cambio, tenemos parques, uno de ellos es muy extenso y llega hasta el río Manzanares. Ahora sigue habiendo palomas bravías y torcaces y, a veces, otras tórtolas de tonos más grisáceos, las tórtolas turcas, que han proliferado en las ciudades sobre todo a partir de las décadas de los 80-90.
Aunque la Tórtola común o europea (Streptopelia turtur) está más ligada a zonas rurales, cuando los barrios de las ciudades eran como pueblos y tenían buenas extensiones de campo, también habitaban allí. Es una especie estival que llega a mediados de abril y forma grandes bandos cuando termina el verano para emprender la migración postnupcial; es en esa época, mediados de septiembre hasta entrado octubre, cuando puede resultar más fácil su observación. Son muy tímidas y huidizas a diferencia de sus parientes, las tórtolas turcas. Su hábitat predilecto son zonas abiertas de monte, cultivos y pastizales con arbolado disperso, no gusta de los bosques espesos; las zonas adehesadas de roble melojo, encinas y olivares, además de mosaicos agropecuarios con cultivos, son sus preferidos; asimismo estarán junto a zonas de agua, sotos o riberas. Siempre además en lugares cálidos y por debajo de los 1000 metros de altitud. En nuestra península donde más abundan es en las dehesas del centro y el oeste, así como en la campiña atlántica. En nuestra comarca se concentran en la parte sur. En cuanto a la alimentación son granívoras, comen semillas de cereal, algunas hierbas y frutos. Construyen una plataforma muy sencilla, acumulando algunas ramitas en árboles o arbustos.

Las puestas se producen desde mayo hasta primeros de agosto; realizan dos o tres por temporada, cada una de ellas consta de uno o dos huevos; el periodo de incubación es menor de 20 días y transcurrirán otros 20 hasta que los pollos abandonen el nido. Como curiosidad señalar que el nombre común de la especie tiene que ver con el sonido de su canto, un arrullo suave y repetido: tur-tuur-tuur. Son muy fieles y en la época de celo los dos individuos permanecen muy juntos, acicalándose y acariciándose con el pico repetidamente; de ese comportamiento propio de las tórtolas comunes procede la expresión «mira dos tórtolos o tortolitos» refiriéndose al enamoramiento de los seres humanos,
Entre sus principales amenazas se encuentran la intensificación agraria y la veda de caza que se produce en otoño, en la que cada año se dan muerte a un mayor número de individuos. Hoy en día esta especie está catalogada como Vulnerable en el Libro Rojo de las Aves de España, asimismo se está solicitando desde hace tiempo, por parte de SEO/Birdlife, que se incluya también en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. Por este motivo, por su preocupante descenso poblacional, fue declarada Ave del Año 2015 por la Sociedad Española de Ornitología. Espero que algún día vuelvan a ser frecuentes y pueda observarlas de nuevo en mi barrio. Será una buena señal de un mundo más sostenible.
Miguel Ángel Granado (Coordinador SEO-Sierra Norte)
Contacto: seo-sierranortedemadrid@seo.org FACEBOOK: SEO-Sierra Norte. Madrid

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