Visita a la planta de tratamiento de APISCAM en Torremocha, que procesa 90.000 kg de miel al año

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El viceconsejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Enrique Ruiz Escudero, acompañado del alcalde de Torremocha, Carlos Rivera visitó la planta de extracción y envasado de miel que la Asociación de Apicultores Madrileños (APISCAM) tiene en esta localidad y por la que pasan anualmente unos 90.000 kg de miel procedente de distintos puntos de la Comunidad de Madrid.
Los apicultores de la Comunidad de Madrid produjeron, en 2012, 140 toneladas de miel y siete toneladas de cera, si bien la mayoría de la producción se dedicó al autoconsumo (50%). El 35% se vendió al por mayor y el restante 15% se dedicó a venta de proximidad. Los productos apícolas de Madrid (miel, polen, propóleos y cera, entre otros) son de gran calidad y suponen un producto de gran importancia nutricional. La Comunidad cuenta con 16 empresas envasadoras de miel, tres de ellas inscritas en el Comité de Agricultura Ecológica.
En la Comunidad de Madrid tiene especial relevancia la miel de la Sierra de Guadarrama, recolectada en colmenas de la zona norte de la región, tierras ricas en pasto, arbolado y plantas aromáticas. La mayoría de la miel producida en Madrid es multifloral, aunque contamos con mieles de romero, cantueso, zarza, brezo y mielatos (procedentes de las secreciones azucaradas del roble melojo).
Actividad fundamental para el medio ambiente y la agricultura El viceconsejero destacó «la alta calidad de la miel producida en Madrid, fresca, no envejecida y envasada, como estamos viendo en esta planta, en las condiciones adecuadas para obtener y mantener los beneficios de este excelente producto». «La apicultura -recordó el Viceconsejero- es una actividad que permite el aprovechamiento de zonas naturales protegidas, tal y como se ha hecho siempre, lo que facilita su sostenibilidad y la protección y equilibrio del medio ambiente y contribuye de forma fundamental a muchas cosechas de la región».
«Las mieles de Madrid -señaló Ruiz Escudero- además, sometidas a la exigente normativa microbiológica española, obtienen calificaciones sobresalientes, a lo que hay que sumar sus excelentes valores nutricionales y sensoriales».
La polinización que asegura la apicultura ofrece enormes beneficios para el medio ambiente y la estabilización y mantenimiento de distintos ecosistemas, como los que se encuentran en la Sierra madrileña, y para el incremento de la productividad agrícola. Las abejas son las responsables de
la polinización de más del 80% de las plantas entomófilas (con fecundación por intermedio de insectos) y se calcula que esta labor es 20 veces más productiva que la que se obtiene de la venta de miel.

Investigación y ayudas a 201 asentamientos apícolas

La Comunidad de Madrid cuenta con distintas ayudas para los apicultores (tanto titulares de explotaciones como cooperativas o laboratorios de transformación y análisis), con el objeto de ayudar a consolidar la profesionalización del sector y lograr una mayor modernización del mismo, que, desde 2007 suman 497.500 €. Además, el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA) tiene abiertas distintas líneas de investigación sobre la miel madrileña.
A través del IMIDRA, se ha estudiado desde el año 2000 más de 180 muestras de mieles artesanales madrileñas llegadas de entre 60 y 62 asentamientos por año, lo que ha permitido que la Comunidad sea pionera en la caracterización exhaustiva de sus mieles. Las variedades de miel varían según su procedencia floral, marcada por la flora de la Sierra de Madrid, rica en tomillo, mejorana, brezo, escaramujo, chupamieles, roble y encina, a las que hay que sumar las flores de almendros, manzanos, ciruelas y leguminosas. Cada miel ofrece distintos colores, aromas y cristalizaciones.
Con estos datos, el Instituto ha abierto nuevas líneas de investigación en las que trabaja en la actualidad. Una de ellas investiga las propiedades biológicas de la miel madrileña, especialmente en su actividad antibacteriana y antioxidante, mientras otros investigadores trabajan en innovación culinaria y en las posibilidades gastronómicas de la miel, explorando, por ejemplo, la posibilidad de cambiar su textura sin alterar otros parámetros organolépticos.
La Comunidad de Madrid cuenta en la actualidad con 201 asentamientos apícolas con 9.492 colmenas. La mayoría de las explotaciones son pequeñas y la comercialización de sus productos se
realiza de forma directa, si bien 16 explotaciones madrileñas tienen más de 150 colmenas trabajadas de forma empresarial. Sólo 45 de estas explotaciones realizan trashumancia de las colmenas para aprovechar la diferente flora y están situadas en la Sierra Norte y la Cuenca Alta del Manzanares.

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