AVES DE LA SIERRA NORTE. EL CAMACHUELO COMÚN

Quien haya visto alguna vez al camachuelo no lo olvidará. Es una de las aves más llamativas, especialmente los machos de color rojo intenso. En nuestra comarca se cita como invernante desde hace escasamente una década. De hecho en el II Atlas de las Aves reproductoras en España, editado por SEO/Birdlife con la ayuda de cientos de voluntarios de distintos lugares de nuestra geografía, aún no figuraba por aquí. Pero sí en el III Atlas, que salió a la luz hará poco más de un año y que comprende las observaciones registradas entre los años 2014-2018. E independientemente de este gran trabajo, conozco a algunas personas que viven en la sierra y lo han detectado. En un futuro cercano puede que sea reproductor, permaneciendo en nuestra comarca durante la primavera y el verano, pero de momento no se ha confirmado. Lo que está claro es que la distribución de esta especie se va ampliando hacia territorios más meridionales del tercio norte peninsular, llegando hasta el Sistema Central. 

El Camachuelo común (Pyrrhula pyrrhula) es un ave paseriforme ligeramente más pequeña que un gorrión, cuya longitud oscila entre los 14,5-16,5 cms. y con envergadura entre 22-29 cms. Llama mucho la atención su pecho, de color rosa vivo, en contraste con la zona dorsal gris ceniza; este tono se extiende también hasta la cara, contrastando con su capirote negro. El obispillo es de color blanco. La hembra no tiene esa tonalidad rosa y en su lugar es parda. Su pico es cónico y ancho, de color negro y corto; también son negras la cola y las alas, estas con una franja blanca.

Al final de la estación fría, desde finales de febrero y entrado marzo, podremos ver grupos de camachuelos alimentándose de los brotes tiernos de las hojas de los árboles caducifolios. Cortan las yemas con sus robustos picos. Aunque éstos constituyen una parte importante de su dieta en esta época, esta especie es omnívora comiendo además frutos secos, semillas de árboles, hierbas, bayas, etc. Durante los meses cálidos ingiere también orugas e insectos pequeños y sus larvas, para cebar a sus pequeños. Se distribuye por los bosques de Europa y Asia, preferentemente de tipo mixto y con abundante sotobosque; en nuestro país durante el invierno lo podemos encontrar en toda la península, exceptuando zonas desarboladas y áridas; con el principio de la primavera migrarán hacia enclaves más norteños donde criarán: desde Galicia hasta el oeste de la provincia de Gerona, en la Cordillera Cantábrica, el Pirineo y Prepirineo y la zona norte del Sistema Ibérico. Va colonizando otras zonas más meridionales, aunque en este caso deben ser montañosas, ya que esta ave soporta mucho mejor el frío que el calor. Es también migradora parcial, como explicábamos en los últimos artículos.

Avanzado el mes de abril y durante el de mayo, ya sea en bosques o campiñas cercanas (con setos y vegetación arbustiva en el perímetro de los prados), comienza la época reproductora del camachuelo. Este fringílido no canta mucho a lo largo del año, ni siquiera en este periodo de celo. Emite una serie de notas largas y vibrantes hasta que consigue que alguna hembra se acerque. Son como silbidos cortos lastimeros, en tono muy bajo; sin embargo aunque no destaque por su armonía, es un recurso cotidiano a la hora de permanecer en contacto la pareja. Si cualquiera de los dos canta, y el otro no responde, el emisor repetirá el reclamo e incluso irá hacia el lugar donde esté su consorte. Es habitual que avise cuando va a moverse: si no obtiene respuesta, volverá al mismo sitio y reclamará de nuevo. Se desplazan en pequeños grupos o en parejas si se acerca la primavera, aunque también es frecuente ver a los dos juntos en invierno, por lo que se cree que las parejas son estables. Una vez que ella se acerque, él le mostrará un lugar adecuado (normalmente un arbusto denso) para establecer el nido, que ésta elaborará con tallos, raicillas, líquenes o musgo, revestido interiormente con pelo de crines animales y briznas de hierba. La hembra pondrá de cuatro a seis huevos, que incubará durante quince días; el macho alimentará a la hembra y a la prole durante la primera semana; luego alternarán esta tarea. A las dos semanas o poco más los pollos abandonan el nido, permaneciendo cerca. Suele haber una segunda puesta y algunas veces una tercera. A destacar en esta fase reproductora lo silenciosos y discretos que son, sin manifestar ningún comportamiento territorial.

Aunque la distribución de esta especie es amplia, sus poblaciones son pequeñas, lo que hace que esté calificada como “De interés especial” Le afectan la degradación de los bosques caducifolios, sustituyéndolos por otros perennes como pinares o eucaliptales. También la limpieza de los bosques eliminando los arbustos. Cuidemos a los camachuelos, tan vistosos como discretos.

Miguel Ángel Granado

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