AVES DE LA SIERRA NORTE. EL CHOCHÍN COMÚN

Una de las aves más diminutas que existen en Europa es el chochín. Su longitud es de apenas 10 cm., su envergadura no llega a los 20 y su peso es de unos 10 gramos. Es más frecuente escucharlo que verlo, ya que se oculta entre la vegetación, de donde obtiene su alimento. Su canto es potente teniendo en cuenta las dimensiones del pájaro; especialmente notorio es el de los machos en época de celo.

Nervioso pero atrevido, es más fácil localizarlo en las riberas de los ríos. El Chochín común (Troglodytes troglodytes) es un pequeño pájaro de forma redondeada, muy compacto, de color pardo rojizo con múltiples y finas rayas oscuras. Tiene la cabeza grande y la cola corta. Como rasgos más distintivos están las cejas de color beige, que se asemejan más al tono de la garganta. La zona dorsal es más oscura y la ventral más clara. Sacude y levanta su pequeña cola cuando está excitado. El pico es corto y fino. No existe dimorfismo sexual.

De amplia distribución, lo podemos encontrar en todo el hemisferio norte, en latitudes templadas: América, Europa, Asia y el norte de África. Existen más de cuarenta subespecies. De todas formas es difícil encontrar dos individuos exactamente iguales, incluso en la misma zona. Por eso es cuestionable la gran cantidad de subespecies que se dice que existen. En nuestro país se encuentra también bien distribuido aunque escasea en algunas regiones de la mitad meridional, especialmente en zonas cultivadas extensas (que son en muchos casos monocultivos) y en zonas áridas o semidesérticas (en las provincias de Murcia y Almería). Presente en las Baleares y Ceuta y ausente en las Canarias y Melilla. Además esta especie es migradora parcial, como explicamos en el último artículo: en invierno llegarán individuos de otros países más septentrionales de Europa. Por tanto, durante los meses fríos habrá un mayor número de chochines y será más fácil observarlo. No es un ave migradora que realice largos desplazamientos y es muy raro que cruce el Estrecho; asimismo entre los residentes se producen movimientos altitudinales en invierno, buscando temperaturas más suaves. Es frecuente que durante esta estación se agrupen para pernoctar.

Al ser un ave insectívora le gusta estar entre la vegetación enmarañada, localizada sobre todo en riberas. Frecuenta los zarzales, rosales, setos, etc. Lo encontraremos además en parques, jardines y granjas. La cota más alta a la que se le ha detectado es a 2200 metros en Sierra Nevada. Su alimentación se compone totalmente de insectos como moscas, mosquitos, arañas pequeñas, pulgones, etc., además de sus larvas; ocasionalmente puede comer pequeñas semillas. A partir de finales de febrero escucharemos más su canto, ya que se inicia la época reproductora. En nuestra comarca será más habitual entrado marzo y, durante este mes y el de abril además de reclamar su territorio con el canto, los machos comienzan a construir los nidos; estos tienen forma de bola con un orificio de entrada y se componen de musgo, hierbas, raicillas, etc. de elaboración esmerada y que sitúan en matas de vegetación espinosa, huecos de paredes, montones de leña o tocones de árboles,…y no realizan solo uno: cada macho construirá de dos a cuatro nidos, para que la hembra elija el que más le guste. Una vez que ella escoja uno, lo revestirá interiormente con pelos, pequeñas plumas, etc. de forma que resulte más cálido y suave. Los lugares donde emplazan los nidos son tan variados que, por poner un ejemplo citaría uno en Puebla de la Sierra, en una casa de campo, en la que lo hizo debajo de una gorra que se quedó colgada en la entrada de la casa. La puesta llega bien avanzado abril y suele ser de 5 a 7 huevos. La hembra los incubará y el macho hará aporte de alimento. Tras la eclosión pasados unos quince días, los pollos serán alimentados por ambos adultos durante otros quince, momento en el cual abandonan el nido aunque permanecerán cerca de este siendo cebados durante otros quince o veinte días. Es normal que realicen dos puestas en una misma temporada. Comentar también que esta especie es polígama, pudiéndose emparejar los machos con más de una hembra y dando de comer a ambas, así como a la descendencia de las dos. Cuando esto sucede los tamaños de las puestas son menores.

Esta especie no presenta problemas de conservación aunque sí hay factores que lo afectan: las talas de árboles y arbustos, así como la degradación de la vegetación existente en las riberas. Si tenéis la suerte de ver al chochín, normalmente tras escucharle, observaréis un ave muy nerviosa, que no para de moverse pero que no se aleja fácilmente si permanecemos quietos. Un pájaro “pequeño pero matón”, es muy territorial. Curiosidades del mundo natural. Cuidemos y protejamos a un ser tan particular.

Miguel Ángel Granado

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