Mi abuelo Eugenio fue alcalde de Cabanillas. Mi padre Saturnino también lo fue, y “no cualquier alcalde” como escuche durante el sepelio. Ambos fueron alcaldes en tiempos difíciles. Ambos nacieron, vivieron y están enterrados en Cabanillas …

CabanillasAytoIMG 8662

Quiero daros las gracias a todos por venir a esta misa funeral de mi padre, especialmente a las personas que han tenido que desplazarse para ello. Esto significa mucho para nosotros y sé que él estaría muy feliz de veros a todos reunidos aquí.

Provenimos de una familia tradicional de zapateros, la familia Montoya, bastante conocidos en todos los pueblos de alrededor por ese motivo. Esta familia proviene de un matrimonio con dos hijos que bajó de Braojos, en del Valle del Lozoya en el siglo XIX. Puedo decir con orgullo que mi padre era Montoya un ciento por 100, por ambos costados…

No os quiero cansar, pero les voy a contar una de las múltiples charlas que tuvimos. Era un hombre carismático que siempre le ha encantado hablar con la gente.

Durante la desamortización de Mendizábal del siglo XIX, el gobierno español vendió muchas propiedades de la Iglesia y de los Ayuntamientos para sufragar la guerra de Cuba. Ese fue el caso de la dehesa vieja de Cabanillas (la que ocupa los dos lados de la carretera de Navalafuente). Pues bien, con el empeño de mi padre, en el último tercio del siglo XX, Cabanillas ha vuelto a tener otra dehesa, la “nueva” en La Vega. Gracias papá.

Cuando vivía en las casas baratas, de pequeño, cuando Angelines me enseñó los primeros pasos en matemáticas que luego me llevaron a la universidad, recuerdo a mi madre, preguntándole a mi padre cómo íbamos a subsistir si él estaba siempre en Madrid con los políticos, solicitando ayudas para el pueblo en vez de arreglando zapatos.

Es comprensible. Pero yo he acabado entendiendo que toda esa experiencia en la alcaldía, fue una verdadera universidad para alguien que no pudo estudiar. Mi padre en ese sentido ha sido todo lo que yo intentaba ser. 

Creo que mi padre ha tenido los valores de un líder, honorable, valiente y leal. 

Ya acabo. Le echaremos de menos, pero sirvan estas notas también de agradecimiento no solo a mi padre, sino a toda la generación de la posguerra que nos ha dado todo. 

Gracias.

Sus hijos Manuel y Raquel Montoya.

Iglesia de San Juan Bautista, Cabanillas de la Sierra, Viernes Santo, 15 de abril de 2.022.

Otros recuerdos y anécdotas:

Cuando se construyó la carretera de Burgos por fuera del pueblo, Obras Publicas no quería construir lo que es el actual puente de la Retamilla. Mi padre entre otras cosas, reunió a todos los agricultores y ganaderos que pudo, con yuntas, carros, etc. concentrándose en la carretera, parando la obra y organizando una buena. Se imaginan, ¿en aquella época?

Cuando mi padre como Alcalde y Antonio el Cantero como teniente alcalde quedaron y fueron a la zona de fuente María y Peña Caballera a hablar con el alcalde del pueblo de la lado, para dirimir los problemas de límites y linderos, que aún hoy, siguen existiendo en esa zona. La sorpresa fue que apareció un autobús lleno de gente de dicho pueblo bastante alterada y poco amistosa. Se acabaron pronto las conversaciones.

Durante la guerra unos bandoleros apodados los “piratas” robaban por las noches el ganado de los ganaderos del pueblo. Pues bien, se convino en hacer guardia, y una noche que volvieron a robar, todo el pueblo, sin diferencias políticas, salió a defenderse. Y se organizó un buen lio, tiros incluidos, hasta que un capitán del ejército republicano que pasaba por allí (Cabanillas todavía era una localidad importante de paso y parada, y por supuesto también para el ejercito que combatía en Somosierra), consiguió solventar el asunto incruentamente.

Hubo un horrendo accidente en la antigua carretera de Burgos, en el cruce de Navalafuente, en el que perecieron 4 jóvenes del pueblo de Braojos que viajaban en un mismo coche, 4 Montoyas para ser más exactos. Lo recuerdo bien, porque esa noche estuve haciendo cafés en el Bar Montoya para los familiares, y mi padre habilitó el Ayuntamiento como tanatorio, donde acudió todo el pueblo de Braojos.

Hubo una señora en Cabanillas, de izquierdas, que, durante la guerra civil, evito que fusilaran a los que no lo eran, cuando unos milicianos vinieron preguntando que quienes eran los fascistas de Cabanillas, y respondió que “no había fascistas en Cabanillas”. Esta Señora salvó la vida de un montón de personas, y por eso mi padre siempre me dijo que estaría muy bien concederla una calle en Cabanillas. Él, como yo, entendía que ese tipo de valores de reconciliación debe impulsar a las nuevas generaciones. Lamentablemente no recuerdo el nombre de esa Señora. Creo recordar que era familia, un antepasado de Gumersindo que en paz descanse.

Otra sugerencia que mi padre hizo, a los ciudadanos de El Berrueco en este caso, para que concediera una calle al entonces alcalde de la familia Cobertera, que, durante el proceso de la desamortización de Mendizábal, evitó que se vendiera la dehesa de su pueblo. De hecho, El Berrueco fue el único pueblo de la zona que aún conserva su vieja dehesa.

Finalmente, me gustaría comentar que el ADN de mi padre se ha cedido a un banco biogenético, relacionado con la salud, el desarrollo de enfermedades y su tratamiento.

Su hijo Manuel Montoya, Cabanillas de la Sierra 24 de Abril de 2.022

Sé el primero en comentar sobre "Mi abuelo Eugenio fue alcalde de Cabanillas. Mi padre Saturnino también lo fue, y “no cualquier alcalde” como escuche durante el sepelio. Ambos fueron alcaldes en tiempos difíciles. Ambos nacieron, vivieron y están enterrados en Cabanillas …"

Dejar un comentario

Tu dirección email no será publicada.


*