INVASION MOTORIZADA Y DERECHOS CIUDADANOS

Antonio Ruiz Heredia – Puebla de la Sierra – Julio de 2020

En momentos de crisis, incertidumbre y cuando aparecen los problemas, las personas reaccionamos de muy diferentes maneras. Va en el espíritu del ser humano, de su naturaleza; no obstante, el personal, en más ocasiones de las que sería prudente, se deja llevar por algún tipo de estupidez colectiva, que en muchos casos tiene también mucho de suicida.

A partir de junio, sufrimos en la sierra la no deseada y peligrosa avalancha humana, protagonizada por muchos inconscientes que, movidos por el ansia de escapar de un confinamiento terapéutico y necesario, se expandieron sin control por pueblos y aldeas serranas que nunca han contado con policía municipal ni vigilancia para controlar cosas así y que, debido al cuidado y disciplina de sus habitantes, habían sufrido muy pocos casos de contagio o ninguno.

Y todo ello a pesar de la precaria situación sanitaria de estas localidades de la Sierra Norte, solamente superada gracias a la dedicación, sacrificio y enorme profesionalidad del personal sanitario, médicos y enfermeras del ambulatorio de Buitrago del Lozoya.

La gente como digo, salió en desbandada de la capital, deseosos de paisaje, luz, campo y libertad, pero sin tomar las más mínimas precauciones y sin pensar en los demás, únicamente esgrimiendo la bandera de la legitimidad de sus actos:  <<Tenemos derecho a salir al campo con nuestros hijos>> Pero sucede -mire usted por dónde- que los demás también y los derechos de uno, terminan allí donde empiezan los de los demás, cosa que se nos da muy bien olvidar cuando nos conviene; a todo esto sin que nadie quiera recordar sus deberes y obligaciones, que resulta también los tenemos. 

La Sierra Pobre (ahora “Sierra Norte”, pues le cambiaron el nombre), se llenó de gente abirragada y sin mascarillas. 

A las mil motos diarias que invadieron, atronaron y estresaron a los habitantes de Buitrago, Prádena, Montejo, La Hiruela, La Puebla, Robledillo, Cervera, El Atazar… y unos cuantos pequeños pueblos más, durante el primer fin de semana después de la “apertura” de Madrid y que aparecieron haciendo valer su “derecho” a circular libremente, aparcar donde les parecía y pasearse sin mascarilla, transgrediendo muchas normas y muy posiblemente también de circulación, se unieron, durante la segunda semana de junio, las auto caravanas y camper. 

En la Puebla, al menos quince, si no más, aparcaron donde les vino en gana, extendiendo toldos y sacando mesas y sillas, lo que, según la legislación, se considera “acampada” y no mero aparcamiento, por lo que resultaba ser una actividad ilegal. Cinco o seis conductores, en un gesto cargado de tremenda irresponsabilidad, inmadurez, insolidaridad y abuso, decidieron que el helipuerto del pueblo era un fantástico lugar para dejar allí sus vehículos y como es lógico, se armó una buena cuando apareció un helicóptero sanitario con pretensión de utilizar el, espacio, que por ley y norma le está reservado.

Yo soy “autocaravanista” al menos desde hace veinte años y cosas como estas me enervan hasta lo indecible, ya que este tipo de gente nos deja a los demás usuarios en muy mal lugar, pero claro… es que tienen “derechos” y los ejercen.

Hay actitudes poco recomendables y egoístas que solamente podrían dejar de existir si en los planes educativos se contemplase alguna asignatura en la que se enseñase de verdad a los escolares cuestiones de índole cívica, educación, empatía, igualdad, solidaridad, ciudadanía, buenos modales, limpieza, respeto y sobre todo, que todos/as, no solo tenemos derechos, sino también deberes y que van impliciticos.

Esta pandemia que padecemos y que es global, sus circunstancias y consecuencias, han sacado lo mejor pero también lo peor de cada uno de nosotros. No debemos olvidar que el virus esta aquí todavía, se va a quedar, aún no hay vacuna ni remedios milagrosos y los rebrotes pueden surgir en cuanto nos descuidemos un poco y no cumplamos las normas más elementales. Hemos de ser cívicos, responsables, disciplinados y respetuosos con los preceptos y no olvidar que los demás ciudadanos también existen. Que no se nos olvide, por favor. Gracias.

1 Comentario sobre "INVASION MOTORIZADA Y DERECHOS CIUDADANOS"

  1. En el valle de Lozoya y en toda la cara sur de la Sierra de Guadarrama esta pasando lo mismo. Masificacion, baño en lugares protegidos y maquinismo, bicicletas fuera de las pistas forestales y erosionando los senderos, motos por todas partes destrozando las vías pecuarias. Acampadas en sitios ilegales, sólo se pueden hacer en los campamentos de turismo, incluyendo las autocaravanas. Basura y masificacion, y mucho ojo con la temporada de incendios, esperemos que entre tanto insensato no se de alguna negligencia que acabe en desgracia. El atractivo de la naturaleza de las Montañas se basa en el disfrute de la tranquilidad ambiental y el ejercicio físico moderado, sin agobios o saturación humana, si eso se acaba, se pierde el 90 por ciento de su atractivo y el perfil del visitante se acabará degenerando. Es una pena que no se viera como una oportunidad las restricciones del confinamiento, para mejorar y consolidar la protección del medio natural.

Dejar un comentario

Tu dirección email no será publicada.


*