Woman go no´gree de la artista Gloria Oyarzabal, Primer Premio de VISIBLES Certamen de arte y mujer en el Centro de Humanidades de La Cabrera

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El 7 de marzo se inauguró en la sala de exposiciones temporales del CCHSN en La Cabrera (Madrid) la instalación Woman go no´gree de la artista Gloria Oyarzabal, Primer Premio de VISIBLES Certamen de arte y mujer, convocado por la Dirección General de Promoción Cultural de la Comunidad de Madrid y que recibió 55 propuestas. 

Woman go no´gree, de Gloria Oyarzabal (Londres, 1971), explora las intersecciones de género, historia y creación de conocimiento para así repensar nuevas formas de observar. El trabajo surge de la investigación de la artista durante la residencia en Art House Foundation (Lagos, Nigeria), interrogándose sobre los conceptos de Mujer, femenino en Africa, y los que la colonización europea, rompiendo tradiciones de las múltiples civilizaciones que viven y vivían en Africa. Una instalación para desmontar los tópicos del visitante, tanto los negativos como los positivos.

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Previamente habían sido presentado los otros dos proyectos que resultaron premiados en VISIBLES, Abrigo de Carla Nicolás, seleccionado en tercer lugar. Un trabajo autobiográfico nacido durante el período de gestación de la artista, etapa en la que reflexionó acerca de la sobreprotección maternal, la evolución del instinto y los miedos propios del cuerpo gestante. 

El segundo premio fue la propuesta de instalación No violarás de Jana Leo (Madrid, 1965) conTres piezas de performance filmadas ilustran tres asaltos sexuales con objeto de ayudar a desarticularlos: el de un desconocido en un portal, el de los abusos sexuales continuados por conocidos y el de la violación en grupo. El trabajo ahonda en la represión sexual y en el machismo que implican la violación.

Explicación de Gloria Oyarzabal sobre su trabajo:

“Los imperios, por su propia naturaleza, encarnan e institucionalizan la diferencia, tanto entre metrópoli/colonia como entre sujetos coloniales. El imaginario imperial inunda la cultura popular. Las categorías de género fueron una especie de «nueva tradición» bio-lógica que el colonialismo europeo institucionalizó en la mayoría de las culturas africanas. Diversos aspectos religiosos y lingüísticos de la sociedad Yoruba (grupo etnolingüístico del oeste africano, formado por entre 28 y 40 millones de personas) evidencian que, antes de la colonización, las prácticas sociales (trabajo, profesiones o estructuras monárquicas) no se ordenaban según la diferencia de género sino según linaje o edad. La infantilización de las mujeres como parte del sistema patriarcal occidental también se exportó con la colonización de la mente, configurando un estado de vulnerabilidad, haciendo propicio el camino de la dependencia. ¿Podemos asumir que las relaciones sociales en todas las sociedades se organizan en torno a la diferencia sexual biológica?

Oyèrónk? Oy?wùmí, escritora feminista nigeriana, escribe «Invention of Women: Making an African Sense of Western Gender Discourses» (La Invención de las mujeres. Una perspectiva africana sobre los discursos occidentales de género) donde cuestiona los marcos teóricos racionales que construyen la categoría del género de manera universalista, deconstruyendo las dinámicas coloniales de los propios feminismos occidentales. Su discurso descolonizador argumenta: la “mujer” no existía antes de que la tierra Yorùbá entrara en contacto con Occidente. Así se desmonta el fundamento epistemológico occidental que da por sentado que “biología es destino”, descolonizando una realidad donde la organización social no precisa ni de géneros ni de lo estrictamente físico y visual para establecer lo normativo. Privilegiando lo visual -como sucede en Occidente- se facilita el énfasis en la apariencia y en los marcadores visibles de la diferencia, basando sus categorías y jerarquías en modos visuales con distinciones binarias: hombre/mujer, blanco/negro, homosexual/heterosexual.

Una consecuencia del eurocentrismo es la racialización del conocimiento: Europa se representa como fuente de conocimiento y los europeos, por lo tanto, como pensadores. Además, el privilegio masculino como parte esencial del ethos europeo está implícito en la cultura de la modernidad. ¿Y si los modelos de la modernidad nos llevan a una nueva visión del «Otro»?  La belleza circula como una forma de mercancía con valor social, económico y cultural. Sin embargo, estas normas se miden a menudo con valores eurocéntricos, narrativas de cánones de belleza “blanca” e ideales de belleza (delgadez, juventud,…) fuertemente racializados. La blanquitud se refuerza como normativo, mientras que la «otredad» se convierte en algo «exótico». Erotismo, sororidad, maternidad, matrimonio, tradición, domesticación… todos estos aspectos, con sus propias luces y sombras en cada sociedad, deberían salir a la luz en el mismo nivel para poder comparar. Investigar sobre las tácticas de colonización imperialista que implantaban, entre otras cosas, modelos heteropatriarcales, la evolución de estos y sus consecuencias, pueden servirnos como lección de los riesgos de una universalización de modelos sociales no siempre exportables ni adaptables a todas las sociedades. Exploro las intersecciones entre género, Historia, creación de conocimiento,… Repensar nuevas formas de observar. Descolonizar el feminismo cuestionando los marcos teóricos racionales eurocéntricos que construyen categorías de género de manera universalista.

Los tres conceptos centrales pilares del feminismo occidental -mujer, género y sororidad-, solo se entienden con una cuidadosa atención a la familia nuclear patriarcal de la que surgieron, modelo familiar que está lejos de ser universal. Se puede aprender de otras formas de activismo mostrándolas, despertando la curiosidad del espectador, evitando la universalización de un discurso único: nuestras vidas, nuestras culturas, están hechas de muchas historias interrelacionadas. La novelista nigeriana Chimamanda Adichie (“The Danger of a single Story”,  El Peligro de la Historia Única) cuenta cómo encontró su voz cultural auténtica y advierte que si solo escuchamos una historia sobre una persona o un país, corremos el riesgo de caer en una incomprensión grave. Tal vez la Historia sea capaz de superar la adscripción social y simbólica solo por la diferencia de sexo y abrir el rango a otros factores para la construcción de la identidad.

El título “Woman go no’gree” es el estribillo de la canción Lady de Fela Kuti, símbolo de resistencia, activista contra la dictadura en Nigeria durante los años 70-80, creador del género musical afrobeat y controvertido en sus luchas. Lady salió en 1972 en el LP Shakara, doce años después de que Nigeria se independizara de los británicos y dos años después del final de la guerra civil nigeriana. 1972 fue también el año en que los ingresos procedentes de la venta de petróleo impulsaron la economía nigeriana hasta tal punto que los salarios de la población se duplicaron en muchos casos. Durante este tiempo de cambio se estaba produciendo una discusión paralela sobre la emancipación de la mujer africana sin tener que seguir modelos occidentales.

La artista realizará una visita guiada el 20 de marzo a las 17.00 h.

La instalación podrá visitarse hasta el 12 abril en la sala de exposiciones del CCHSN.

 

Woman go no´gree de Gloria Oyarzabal en el Centro de Humanidades de La Cabrera

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