¿Democracia  o “demosgracias”?

Antonio Ruiz Heredia

Me había propuesto yo, para este 2020 que comenzamos, un «acto de contrición» y «propósito de enmienda» en lo relativo a noticias, comentarios, asertos y glosas varias en este «caradelibro», siendo moderado, comedido y amable en la medida de lo posible a partir de ahora, pero los hados, los malditos hados, elfos, trols y demás seres maléficos están haciendo una labor de zapa terrorífica para impedir y/o sabotear mis buenos propósitos para lo sucesivo, como bien digo. Pues bien, ahora sale el señor Fiscal de Madrid – su Señoría- con que va a actuar penalmente contra los vehículos más contaminantes, para lo cual varias patrullas de la policía les detendrán y tratarán en consecuencia, pues es imprescindible -dice- renovar el parque automovilístico lo antes posible.

 

Bien. Hasta ahí bien…pero suponiendo que antes se hayan establecido las alternativas, ayudas y soluciones pertinentes para que esto sea posible. Al igual que se dan ayudas y créditos para que las comunidades de vecinos puedan cambiar su anticuada caldera de carbón para la calefacción por algo «menos» contaminante, con los vehículos habría que hacer lo mismo, además de que deben existir dichos vehículos alternativos y ponerse a la venta. Después de un tiempo prudencial, a los recalcitrantes, apriétensele las tuercas. 

Pues no. En este caso se hace al contrario. A aquellos que poseen un vehículo antiguo y además de gasoil, que generalmente no pueden cambiar por el alto coste y esfuerzo que ello requiere, o porque, sencillamente no existe alternativa para el vehículo que le resulta imprescindible para estar, trabajar o desplazarse en la sierra, pistas forestales, pueblos pequeños etc. se les criminaliza, se les insulta y se les amenaza, lo cual ni es justo ni democrático. 

Los vehículos digamos «alternativos», que están en el mercado ahora mismo, o son mini turismos para uso urbano, o se trata de coches de alta gama con unos precios realmente elevados. Habida cuenta de que la supuesta crisis se ha cargado literalmente, aunque no queramos admitirlo, la clase media, logrando el rapidísimo enriquecimiento de unos cuantos ciudadanos, abriendo así una triste e injusta brecha entre ambos grupos, la cosa esta bastante clara. 

En los pueblos, sobre todo en la sierra, los agricultores, ganaderos, hosteleros y gente que ha de desplazarse por el campo, fincas, barrizales, puertos de montaña etc. a por leña, piedras. colmenas, terneros o lo que sea, todos tienen vehículos todo terreno con mas de 10 años de antigüedad, porque son buenos mecánicamente, fuertes y resistentes y en su día salieron caros, además de que para estos casos los turismos no son en absoluto útiles. Sucede entonces, que estos ciudadanos además lo son de segunda o de tercera regional ¿Que pasa con un labrador que tenga una pensión de 640€ si ha de cambiar su viejo Santana o Patrol por un Range Rover de 50.000 €? 

 

En fin, que según parece desde los despachos se ve todo muy claro últimamente y encima, entre los integristas alimentarios, los extremistas políticos, los negacionistas, los inquisidores, perfeccionistas y demás «istas» que por los pasillos pululan, nos tienen a los ciudadanos de a pié acogotados beaucoup de mucho. De modo que solo se pide un poco de sensatez, empatía, comprensión y soluciones lógicas y menos legislación a golpe de código penal. Sin ánimus molestandi, amén.

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