UGAMA

La Unión de Agricultores, Ganaderos y Silvicultores de la Comunidad de Madrid, UGAMA acusa a la Fundación Gaia de posibles malas prácticas con la intención de, a través de la ocultación de la verdad, conseguir fondos ilícitos perjudicando seriamente con graves acusaciones al sector ganadero.

UGAMA explica que a principios de noviembre, en pleno Parque Nacional de Guadarrama, en la zona de Cotos, un individuo perteneciente a la Fundación Gaia atrapaba a un ternero de pocos días de vida introduciéndolo en un maletero de un coche particular careciendo de todos los permisos e incumpliendo todas las obligaciones previstas en materia de protección animal en el transporte. 

La organización subraya que, con este primer hecho, se priva, a la fuerza, a dicho ternero de la compañía y los cuidados de su madre, una vaca propiedad de un ganadero de Rascafría, el cual goza de todos los permisos necesarios para pastorear en dicho monte.

El ternero sustraído a su madre, es transportado a una clínica veterinaria que acoge al animal sin ninguna documentación que acredite su trazabilidad y donde se certifica el excelente estado de salud del mismo.

En este momento se solicita una guía de transporte a la sede de la Fundación Gaia en Gerona, cuando desde la Consejería se alerta y se comunica al ganadero propietario del ternero los hechos, instándole a que recupere su animal, pero para ello debe abonar 270 euros diarios por los diez días de estancia en la clínica veterinaria en concepto de mantenimiento del ternero, lo que es igual a 2.700 euros.

Ante la imposibilidad de hacer ese pago, desde la Fundación compran el ternero por 500 euros con la aceptación del ganadero y procediendo entonces, a la identificación del animal con la colocación de los preceptivos crotales y posterior traslado a Gerona.

Una vez allí, la Fundación Gaia, que, en ningún momento, comunica que ha comprado el ternero tras habérselo arrebatado a su madre, en pleno Parque Nacional de Guadarrama, miente y relata que, le han salvado la vida, le han devuelto la dignidad como ”persona”, al quitarle los crotales de identificación -crotales de identificación que se deben poner obligatoriamente, tal y como hacen el restos de ganaderos a nivel Comunitario- y prometiendo que va a ser feliz durante toda su vida. 

UGAMA considera que hechos como este deben ir acompañados de una reflexión profunda para evitar que se vuelvan a repetir. “La verdad es que no tengo palabras”, afirma Alfredo Berrocal, presidente de la organización tras haberse enterado de los hechos, “Se está confundiendo ya con demasiada frecuencia la ganadería con el maltrato animal y esto no se puede consentir, porque va totalmente en contra de los productores y de los propios animales que son sustraídos y alejados de sus madres a los pocos días de vida por ignorancia”, concluye.