Nuestra y “vuestra” Cataluña

Bejar08

J.B CON HIELO-RASCAFRÍA 

Esperan la sentencia del “proceso” como un león espera su presa. Agazapados, expectantes, provocadores, con su orgullo herido en estado de alerta. Cualquier sentencia les va a resultar nefasta y habrá follón.

Están mordiéndose las uñas, con ojos saltones, nerviosos, deseando que llegue ese día, ese que esperan para embestir contra el supremo o para arremeter contra la mitad mas uno de lo que llaman suyo y el resto del estado.

Señores independentistas, antes de seguir voy a aclararles un tema. El estado español actual o nación española, dónde están empadronados y residen,  pertenece a cuarenta y siete millones de personas (números redondos) llamadas ciudadan@s españoles. Luego cada uno se sentirá gallego, vasco, andaluz, castellano, catalán o mediopensionista…..según le apetezca.

 

Partiendo de esa premisa, a la hora de heredar, vender o donar, todos somos dueños y partícipes de ese trozo de terreno, dividido en parcelas, que es España, incluida vuestra autonomía; todos con los mismos derechos y obligaciones.

Si un día a algún ocurrente se le pone en el meollo la disgregación de una parte de esta España, como puede ser la parcela catalana, no solo basta con la opinión de los residentes o empadronados en esta comunidad, que también, además la del resto de España, y tendríamos que opinar todos los que tenemos derecho a voto, y en una economía global que nos encontramos, me atrevo a decir que, no tardando mucho, la del resto de la Unión.

Es sencillo hasta para mentes con raciocinio básico como la mía. Cuando hay que vender una cosa o regalarla es necesario de que, al menos, la mitad más uno de sus propietarios quieran desprenderse de ella. A veces hasta el cien por cien.

Clarito? pues al grano; sepáis que convocar esos referéndum de autodeterminación, mejor llamadlos de separación, son ilegales y esta palabra quiere decir fuera de la ley, y ésta hay que cumplirla si o si, y hacer lo contrario, implica pasarse por los tribunales, y a veces, unas vacaciones pagadas en régimen de todo incluido en pueblos tan bonitos y atractivos como Soto del Real, divisando la Pedriza y el sitio de Canto Cochino y si tienes la suerte del piso alto, podrás divisar la Bola del Mundo y las dos Cabezas (imagino). Todo por el mismo precio.

Este, nuestro y vuestro país, más que os pese, a otros tampoco nos gusta todo lo que hay en él, y sin embargo solemos acatar las leyes y someternos a su supremacía, por una simple razón, es lo que determina la mayoría representada en las cortes generales de ésta imperfecta democracia con separación de poderes que hemos aprobado.

Y podéis basar vuestro razonamiento en la historia, la política e incluso en la filosofía, es igual, cuando lo que no tenéis es la razón y nadie os la dará ni venderá; y además el resto de españolitos os negamos la mayor, es decir, aproximadamente, cuarenta y cinco millones de ciudadanos, pues las pretensiones se vuelven infundadas y contra vuestras opiniones históricas existen otras que dicen lo contrario, y así, retrocediendo, podemos llegar a los fenicios, griegos o cartagineses, pueblos que nos ocuparon allá por los siglos sexto al octavo a.C, y si queréis hasta el Paleolítico Medio con el género Homo transitando por lo que hoy es vuestra comunidad. (Todo esto es historia al alcance de cualquiera.)

Y mientras no consigáis esa mayoría que cambie la CONSTITUCIÓN (con mayúsculas), al que no le guste o se encuentre a disgusto con este sistema, tiene la opción de renunciar a lo que le pertenece en beneficio de los demás (se os olvidó aceptar a beneficio de inventario) y tratar de que le acojan en otro país como refugiado o de cualquier otra manera, que ejemplos hay. 

Vamos, que puede hacer una renuncia de su ciudadanía, llevarse sus pertenencias materiales y marchar hacia otro lugar pasando los Pirineos o el Mediterráneo. Nadie se lo va a impedir. ¡Creo yo! Que de esto tampoco estoy seguro.

Pongamos un símil: Al venir a este mundo y nacer en España, heredasteis, cada uno, la cuarenta y siete millonésima parte de España, enterita, que quede bien recalcado, y como vuestros padres no renunciaron a la herencia, adquiristeis la susodicha en proindiviso con el resto, y para deshacer ese proindiviso, hace falta que el resto lo autorice; y si os lo consentimos, que no va a suceder, habríais de pagar, además del valor, el impuesto correspondiente. Total,  para poner una frontera con aduana por dónde no entrará nadie. Vamos que, con lo amigos de la pela que sois, creo que no os va a interesar; demasiado gasto. Qué le vamos a hacer, es lo que hay (esto se lleva mucho). En fin, me estoy enrollando y además me salgo por la tangente para tocar la curva, soy un caso. Esto, si no lo entendéis, que espero que sí, os lo explicaría cualquier notario o matemático.

Todo esto espero que también lo asimilen esas mentes exquisitas “politólogas” de Unidas-Podemos, a los cuales les hemos pagado sus estudios los que hemos vivido otro régimen y entonces no rechazaron las becas; talentos que hacen lo contrario de lo que pregonan, que están en un limbo sobre la postura y otros contenidos temáticos, y se unan a la mayoría constitucionalista, apartando de su instinto, aunque sea solo por un ratito, la pretensión de agarrar cacho. ¡Ay! Izquierda Unida, qué bien estabais fuera del revoltijo, siguiendo lo que verdaderamente sois, con vuestra propia identidad, el Partido Comunista.

Llevamos un par de meses que el “procés” parece bastante desinflado, vuestra propia gente se siente engañada y cada día que pasa tenéis deserciones varias; os falta unidad y razón. Esperemos que la sentencia calme el ímpetu y no sirva para alborotar los ánimos de los C.D.R.

Terminemos con unos versos de la canción de Cecilia para deshacer rencores y aprender a amar o al menos respetar nuestra-vuestra patria, que no quiere decir, ni mucho menos, ser derechosos, simplemente ser españolitos, que falta nos hace.

 

Mi querida España, esta España mía, esta España nuestra, de tu santa siesta ahora te despiertan
versos de poetas
¿Dónde están tus ojos? ¿Dónde están tus manos? ¿Dónde tu cabeza?
Mi querida España, esta España mía, esta España nuestra,
De las aras quietas, de las vendas negras sobre carne abierta ¿Quién pasó tu hambre? ¿Quién bebió tu sangre cuando estabas seca?
Mi querida España, esta España mía, esta España nuestra,                                                                                          Pueblo de palabra, y de piel amarga, dulce tu promesa, quiero ser tu tierra, quiero ser tu hierba cuando yo me muera.                                                                                                                                                     

Mi querida España, esta España mía, esta España nuestra.      

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