EQUIPAMIENTOS PARA EDUCACION AMBIENTAL –X

AntonioRuiz74

Antonio Ruiz Heredia
Resultan, además, imprescindibles una serie de pasos, que van desde la mera recopilación de datos: históricos, geográficos, faunísticos, geológicos, etc. hasta un exhaustivo estudio cartográfico, pasando por la valoración del itinerario escogido, la observación de los aspectos jurídicos sin olvidar los correspondientes estudios económicos.
Una investigación previa, que requiere el hecho de que se va a realizar un impacto humano sobre el entorno natural, es algo muy a tener en cuenta si lo que pretendemos es la conservación del espacio en que precisamente vamos a actuar.
El hecho interpretativo, dentro de los programas de EA, puede verse influido positiva o negativamente en función del desarrollo de programas divulgativos que llevamos a cabo los técnicos en la materia. Un sendero es una herramienta, como ya se ha dicho, que puede proporcionar sensaciones y emociones, además de mera información, al que lo utiliza, por eso resulta delicado su diseño y puesta en funcionamiento y hemos de cuidar hasta el mas mínimo detalle para que al final resulte positivo y cumpla las funciones para las que fue concebido: informar y formar.
El usuario resulta positivamente influenciado durante el seguimiento de un itinerario que haya sido creado de manera «blanda», es decir: en aquél en que las actuaciones sobre el medio hayan sido casi inexistentes, llegando a apreciar las existentes como útiles y a identificarlas como de respeto hacia el medio en que nos movemos.
Evidentemente resulta muy complicado conseguir que aquellas infraestructuras que alguien decida montar en una zona protegida, con el fin de que puedan ser útiles a la hora de informar a los visitantes y hacerles más fácil la visita, puedan ser igualmente válidas para todos los criterios, opiniones y clases de visitante; por ello se suele incidir en un modelo tipo, en atención a un publico en general cuyos deseos, generalmente, se encuadran dentro del ocio y el recreo, con una menguado interés por la adquisición de conocimientos sobre fauna, flora o gea mas allá de los meros datos informativos o anecdóticos.
Aun así, nunca hay que dejar de lado a aquellas personas que, bien de manera individual o en grupo, acudan a realizar un sendero con una cierta motivación, en función de su origen excursionista, montañero, naturalista e incluso escolar o universitario.
De manera esporádica, o al menos no tan frecuente y/o numerosa, debemos contar con la presencia de ornitólogos, botánicos, micólogos, entomólogos, mastozoólogos, geógrafos, arqueólogos, paleontólogos, etc. o meros aficionados a tales disciplinas, dotados de mayor o menor cantidad de conocimientos, pero a los que debemos presumir una actitud mucho más escrupulosa, además de afán investigador, y a los que habría de «mimar» de una manera especial.
En cualquier caso, la canalización y regulación de las visitas, los accesos al espacio protegido, la circulación por sus sendas así como los aspectos de seguridad, restricciones obvias etc. deberían estar perfectamente especificadas en el correspondiente PRUG (Plan Rector de Uso y Gestión) y reflejadas en la consecuente cartelería, documentada y señalizada mediante los iconos correspondientes; información ésta preferiblemente centralizada en la parte emblemática del área natural, que corresponde a la zona de entrada y recepción, lugar que será mayoritariamente visitado por las personas que acudan a ella y donde habrán de ser recibidas en un centro de interpretación dotado y atractivo, con personal altamente preparado que surta de información sobre las características del espacio, los posibles itinerarios, así como a qué tipo de público va destinado cada uno de ellos y las probables y necesarias áreas recreativas a las cuales, la mayor parte, de los visitantes dirigirá sus pasos sin más.
Del mismo modo y manera que un objeto: el libro, y una actividad ligada a dicho objeto: la lectura, pueden, en términos generales, ser considerados como algo cuyo uso ha de tener consecuencias divulgativas, informativas, formativas, educativas en definitiva; una senda, ruta comentada o itinerario guiado podrían tener del mismo modo marcado carácter educativo.
Pero al igual que no todos los tipos de lectura son capaces de aportar necesariamente cierto bagaje formativo, lo mismo sucede en lo referente a las sendas, rutas o itinerarios, si estos no se diseñan, mantienen y llevan a cabo de manera adecuada.

(Continuara)

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