Conclusiones del IV Congreso de la Asociación EsMontañas, sobre la bioeconomía forestal como herramienta para afrontar los retos demográficos y climáticos de los municipios de montaña

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EsMontañas-Asociación Española de Municipios de Montaña nace en 2013 y aglutina municipios de montaña de España, con el fin de reivindicar sus necesidades y promover las mejoras sociales y económicas para estos territorios, y siempre desde el prisma de la estabilidad con la naturaleza.
El pasado mes de octubre, esMontañas celebró su IV Congreso «El papel de la bioeconomía forestal en la amortiguación de los desequilibrios demográficos y del cambio climático». Durante tres días se trabajó y debatió en torno a la gestión forestal como herramienta para un crecimiento de los municipios de montaña (cómo retornar los beneficios de esa gestión forestal en mejoras en el día a día de los vecinos de esos municipios –bioeconomía-, y por lo tanto favorecer la repoblación de los mismos) y como herramienta para hacer frente a las consecuencias del cambio climático (condiciones climatologías extremas, inundaciones o largas temporadas de sequía, olas de calor, gotas frías, etc.)
En la Sierra Norte, hay casi una docena municipios que están asociados a esta organización, que comparte sus líneas de acción (que se pueden ver en la pag web de la asociación www.esmontañas.org) y colaboran con la misma.
Aquí recogemos siete acciones fundamentales que se pusieron encima de la mesa de este congreso para un mejor crecimiento rural:
Revisión de la legislación actual:
Reparto de fondos: mayor atención hacia el mundo rural en el reparto de los fondos procedentes de los tributos del Estado.
Gestión local: modificación de la Ley de Bases de la Administración Local y de la Ley de Estabilidad Presupuestaria, a fin de tener mayor capacidad de acción por parte de los Ayuntamientos en la resolución de las necesidades de los vecinos y del territorio.
Gestión forestal: modificación de la Ley de Montes, que indica que los montes de utilidad pública de propiedad de los municipios son gestionados por la Comunidad Autónoma correspondientes.
En el último medio siglo ha habido muchos cambios sociales y económicos en España, que han hecho que se adopten nuevos modelos de gestión tanto para la sociedad como para las actividades económicas. Desde la España Rural, se solicita lo mismo: capacidad de gestión para la innovación y mejora constante para el monte como para los vecinos. «La despoblación no es el problema, es la consecuencia de las desigualdades soportadas por la España Rural», reflexión de Francés Boya, presidente de esMontañas.
Visibilidad del medio rural: hasta hace nada había pocas voces y pocos escaparates que mostrarán las fortalezas del mundo rural. Hasta hace poco los grupos más ecologista, alzaban la voz a favor del medio natural. El mundo rural tiene contar y expresar su ser, estar y avanzar. «Hay que comunicar», afirmó Rafael Delgado profesor de UPV.
Educación: «cambiar el relato rural» y esto pasa, pasa por conocer el modo de vida rural. Empecemos desde la escuela, los institutos, etc. Introducir en los programas formativos el conocimiento del medio rural, en afirmativo y desde la premisa que en el pueblo se puede vivir, se puede emprender y se puede disfrutar.
Conectividad: en la era de la información e internet, no estar conectado es pecado, adversidad y/o incompetencia. La conectividad tiene que llegar a todos los rincones, es decir a todos los pueblos. La innovación de cualquier comunidad (desde el punto de vista social, de infraestructuras, económica, etc), está vinculada a la red, a la conexión digital. Cualquier comunidad, incluidos los pueblos.
Retorno económico por la gestión medioambiental: es necesaria la gestión forestal del monte. El monte nos aporta la calidad al aire, al agua, nos aporta energía, mantenimiento de ecosistemas, etc, para el desarrollo humano entendido este como bienestar humano. Y este bienestar es para todos, para los del pueblo y para los de la urbe. Y este aporte ni pagado ni agradecido. Por ello «el pago de este servicio medioambiental/rural», que es vital para todos. Si tiene valor, tiene precio. Y muchas veces si no tiene precio, le quitamos el valor. Por ello un pago de compensación a las zonas rurales por mantener y mejorar el monte y dar servicio de bienestar humano. Un pago, que es un retorno económico, que permita desarrollo a los pueblos (equilibrar las desigualdades).
Vivienda y nuevos asentamientos: actuaciones dirigidas a crear vivienda en los municipios rurales (el que no haya casas en los pueblos para acoger a nuevos vecinos, también provoca aislamiento). Y facilitar servicios de calidad adaptados al territorio rural que permitan y atraigan nuevos residentes (queremos que la gente viva en los pueblos, cuando están en desigualdad de recursos e infraestructuras; no se invierte porque no hay gente, y no va la gente porque no hay recursos, romper este círculo vicioso)
Interlocución rural-urbano: Desde la ciudad hay investigación, formación, avances tecnológicos. Desde el pueblo hay arraigo personal/cultural, renovación energética y el tiempo tiene su tiempo. No es competir, es COOPETIR entre lo rural-urbano. Mantener las identidades diferentes desde una posición de entendimiento, respeto y apoyo.
MONTSE GAMO – @rural_ando

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