El Patronato del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama da luz verde a un plan de uso y gestión plagado de irregularidades

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El Patronato del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, el órgano de participación de este espacio protegido, ha informado favorablemente -con la oposición ecologista- el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG), el reglamento que regula las actividades y usos en el territorio.
El PRUG supone un retroceso en cuanto a los niveles de protección de la Sierra, ya que permite actividades, hasta ahora incompatibles como son los usos hosteleros, nuevas edificaciones, competiciones deportivas, maniobras militares,…
El PRUG favorece un uso masivo del territorio, incompatible con la conservación de los valores de la sierra.
El Patronato del Parque Nacional ha informado favorablemente a la propuesta del PRUG del Parque Nacional haciendo valer la superioridad aplastante de representantes de la Administración en este órgano consultivo. De 59 miembros, 44 de ellos pertenecen a la Administración central, regional o local. Las dos personas representantes de los colectivos ecologistas, en Madrid y en Castilla y León, han votado en contra de este documento por ser contrario a los objetivos de conservación del Parque Nacional, por permitir actividades incompatibles y contrarias a la normativa existente, por no ser capaz de regular con garantías sus principales usos y actividades, por generar un escenario de mayor desprotección al existente hasta ahora y por no favorecer a los municipios y habitantes del entorno.

Entre los usos y actividades que el PRUG contempla y favorece y que son incompatibles en el Parque Nacional están:
Las competiciones deportivas. Estas solo pueden ser autorizadas excepcionalmente y siempre atendiendo al impacto que puedan generar. A partir de ahora, decenas de competiciones son autorizables sin atender a su recorrido, número de participantes, época del año, etc.
Nuevas edificaciones o infraestructuras no ligadas a la gestión. Estas solo deberían ser posibles excepcionalmente y si se refieren a la gestión del Parque, no para actividades o usos públicos.
Uso hostelero en el Parque Nacional, actividad únicamente existente en unos pocos refugios tradicionales. A partir de ahora podrá realizarse en las zonas llamadas de uso especial.
Cambio de uso de refugios de montaña, lo que posibilitará su reconversión hostelera.
Maniobras militares
Actividad micológica en zonas de uso restringido
Pernocta al aire libre
Entre las actividades que regula sin garantías están:
Senderismo. Aunque es la actividad que realizan el 90% de los más de 3 millones de visitantes anuales, el PRUG no incorpora una red de senderos autorizados, por lo que está actividad será imposible de controlar.
Uso de bicicletas. El PRUG no establece herramientas que regule esta actividad, cada vez más masiva, que está provocando conflictos entre visistantes y problemas de erosión graves. El PRUG prevé una red de rutas ciclables diseñada sin ningún criterio de conservación, llena de vías paralelas, lazos e interrupciones repentinas, que generarán la apertura de viales no regulados.
Vuelo sin motor. Actividad a la que se le permite el vuelo a 300 metros de altura sobre amplias superficies del Parque y el despegue en tres zonas de alto valor.
El descenso libre en tabla o el esquí de fondo, actividades que están generando conflictos y que el PRUG permite en todo el ámbito del Parque.
En palabras de María Ángeles Nieto, representante ecologista en el Patronato, «da la sensación que el PRUG ha sido redactado con la intención de agradar a ciertos sectores de actividad, pero sin poner la prioridad en su función de ser un instrumento eficaz para la protección del espacio».
Hay que señalar además que el PRUG no tiene en absoluto en cuenta el beneficio del entorno socioeconómico del Parque Nacional. Las actividades que promueve las contempla siempre en el interior de sus límites, dejando fuera la posibilidad que los pueblos serranos se beneficien de estas. Según Raúl Urquiaga, vocal ecologista en este Patronato, «todas las infraestructuras ligadas a la gestión, educación e investigación, así como las hosteleras, deberían estar ubicadas en los entornos urbanos de los municipios. De igual manera, las actividades como las pruebas deportivas o los trazados de senderismo y ciclismo deberían propiciar, en lo posible, tener su comienzo y/o fin en los entornos urbanos, con el fin de favorecer las oportunidades de desarrollo social y económico de sus habitantes y descargar de visitantes los lugares más sensibles y valiosos».
Los representantes ecologistas en el Patronato, pertenecientes a Grama y Ecologistas en Acción, han manifestado y argumentado su rechazo a este PRUG y la necesidad de que sea elaborado uno teniendo en cuenta estudios sobre la capacidad de carga del Parque Nacional que justifiquen cada una de las actividades a desarrollar en el mismo.

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