Equipamientos para educación ambiental –IV (Continuación)

AntonioRuiz74

-Este planteamiento utópico pero razonablemente veraz, puede ser llevado a la práctica con cierta planificación y con mucho trabajo.
En primer lugar, será preciso dignificar la profesión de enseñante, defenderla, arroparla y valorarla, para que las personas que integren los grupos empeñados en sacar adelante cualquier proyecto educativo novedoso y arriesgado, lo puedan hacer de verdad. Que dispongan de tiempo y medios y puedan llegar a tener muy claro aquello en lo se supone que creen.
A continuación, hemos de procurar que se encuentren unidos formando equipo y luchen con seriedad para conseguir aquello que se proponen, dejando de lado la falta de conocimientos que alguno de ellos pueda tener sobre algún tema o actividad concreta. Se trataría de que el equipo funcione como tal, de que todos/as participen enriqueciéndose con los descubrimientos propios y ajenos y con las aportaciones de los demás compañeros y compañeras. Los niños y niñas que acudan a la granja-escuela se verán también beneficiados de esto.
La granja-escuela: lugar de encuentro y descubrimiento.- Existe acuerdo entre los educadores ambientales, en cuanto que el recurso educativo conocido como «Granja-Escuela» ofrece multitud de posibilidades, tanto dentro de la opción ambiental extraescolar o alternativa, como de la enseñanza reglada, pública o privada-concertada.
Es cierto que resulta enriquecedor y muy apropiado el contacto de los escolares de ciudad con el ambiente rural y agrícola, ya que, como se ha dicho, de este modo pueden llegar a conocer y por tanto comprender el origen de multitud de materias primas, derivados de alimentos o manipulados diversos que llegan a sus manos transformadas o sin transformar. Pero también es cierto que no podemos permitirnos el lujo de que se desliguen los posibles descubrimientos que puedan hacer los escolares durante su estancia en una granja-escuela, de la realidad natural en la que se hallan inmersos. Todo se encuentra relacionado y así hay que hacérselo ver.
Por esa razón, incidimos mucho en la importancia que también tiene otro recurso al que denominamos «Campamento-Escuela de la Naturaleza», como algo que nos sumerge igualmente en el medio que pretendemos estudiar, pero que puede estar perfectamente conectado con una granja o un huerto cercanos, al menos en lo que a actividades se refiere.
El hecho de que los escolares se integren en plena naturaleza, viviendo esos días inolvidables e tiendas de acampada, tipis o cabañitas de madera, les aleja momentáneamente del concepto urbano de «casa» o piso» siendo este sustituido por del de «cobijo o refugio», de modo que el acercamiento a la situación de aventura hace que puedan sentir de manera más intensa el contraste.
Más tarde pueden comprobar que las comodidades necesarias para una vida agradable y normal no están de ningún modo reñidas con la vida en el campo, al visitar alguna casa de labranza en la que no se prescinda de elementos fundamentales para la comodidad de sus moradores, incluyendo acceso a Internet.
Biblioteca.- La Granja-Escuela no ha de parecerse ni recordar en ningún momento a una clase; precisamente porque lo que intenta, entre otras cosas, es ofrecer una alternativa extraescolar a los sistemas educativos en vigor. En el caso de que la actividad «Visita a una granja-escuela» se encuentre integrada en el currículo escolar, igualmente deberá adoptar el formato de algo cuyo parecido al aula sea lo más lejano posible.
De este modo la biblioteca de nuestra granja-escuela no puede ni debe ser considerada como complementaria de la del centro educativo de origen, pero si podrá complementar, ampliar e ilustrar aquellas actividades que se desarrollen en el citado medio, conteniendo libros especializados en temas agrícolas y ganaderos o de naturaleza, perfectamente adaptados y coherentes con las edades de los que los van a consultar, aunque también puede disponer de libros con otros contenidos distintos que tengan o no que ver directamente con estos temas.
Pero la biblioteca es un ente vivo, participativo, en el que e trabajo de investigación y/o entretenimiento que desarrollen los niños y niñas ha de resultar práctico y experimental, con todo el apoyo informático del que se pueda disponer (ordenadores, tabletas, móviles etc.)
(Continuara)

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