La elegancia de un Presidente

José de Villamisar.
Las últimas palabras que pronunció Mariano Rajoy en el Congreso de los Diputados , antes de la votación que le dejaría fuera de la Moncloa, demuestran la categoría, el buen hacer, la educación y la elegancia del Personaje.
Con sus luces y sombras a lo largo de su dilatada vida política, Rajoy, se ha ido, como diría Felipe González, sin acritud, deseando suerte a su oponente, pues esa suerte será la de España, dijo.
Con la misma elegancia se despidió de sus compañeros de partido, convocando un Congreso Extraordinario, para que sus militantes eligiesen al que a partir de ahora será el que dirija los destinos del Partido. Renunció a designar a su sucesor, prometiéndoles que estaría a la orden de aquel o aquella que los militantes eligiesen, y cuando digo a la orden es a la orden.
Rajoy, el hombre que no hacía nada para que todo pasase, deja su escaño en el Congreso de los Diputados, deja la política en plena lucha por hacerse cargo de las riendas de un partido, para no inmiscuirse en las luchas internas que ya han comenzado. «será lo que vosotros elijáis», dijo.
Con la marcha de Rajoy, España pierde uno de los Diputados más brillantes que tiene el Congreso en la actualidad.
Otra muestra de la elegancia, la tenemos en que no solo renuncia a su escaño, sino que también renuncia a ocupar el puesto que le corresponde como ex-Presidente del Gobierno, en el Consejo de Estado y que le permite mantener privilegios como chófer, secretaria/o, escolta, despacho, aforamiento y la nada despreciable cantidad de 77.000 euros anuales, más complementos, dietas y otros que en conjunto alcanzan los 100.000 euros al año.
Rajoy, lo deja todo y se va a su trabajo, aquel que tenía antes de entrar en la política hace ya muchos años, se va a Santa Pola, a trabajar de Registrador de la Propiedad, oposición que aprobó cuando apenas tenía 24 años.
Por todo ello es por lo que admiro la elegancia de Mariano Rajoy, un hombre que sale del Poder sin reservas y en un único acto. Por si alguien no lo recuerda fue la persona que acumuló más poder institucional, territorial, personal y partidario de la democracia española. ¡Difícil se lo has puesto a tus sucesores Mariano!.
Mientras en su partido empieza una nueva etapa, se avecina una competición muy reñida o cuasi fratricida. Después de la negativa de Núñez Feijo a presentarse para dirigir el partido, florecieron nombres por doquier, hasta siete afiliados han presentado los avales requeridos para poder presentarse a las elecciones. De todos ellos parece que el trío formado por Cospedal-Casado-Santamaría, son los que tienen mayores posibilidades de ser el sustituto de Rajoy, aunque sobre Pablo Casado sobrevuela una nube de currículuns que bien podría terminar con su vida política, digo que son los de más posibilidades, pero no nos podemos olvidar de lo que sucedió con Pedro Sánchez y Susana Diaz, por el que no se daba un duro y salió elegido Secretario General.
En el otro lado, o sea en el Gobierno, andan un poco despistados. Los que creían que el Gobierno progresista había conquistado su autonomía, se sienten acosados por Iglesias, que quiere cobrar el peaje de la moción. Sánchez está instalado en la jauría progresista y todos los ministros y ministras se sienten obligados a desdecirse una y otra vez, y mantener las líneas básicas del Partido Popular, tanto en lo social, laboral como presupuestario. No es igual predicar que dar trigo Sr. Sánchez.

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