RUPTURA Y COMPROMISO

Rosa Ortega
Mujer paciente, amorosa, rolliza y cuidadora. Cuidadora y cuidadosa, con sentido común, perspicaz y observadora. Observadora y observada, defensora de los suyos, colorada. Colorada y con colores en el alma, gris en el vestir, con velo negro y saliendo de misa. Solo libre en el pensamiento, con fantasías a borbotones y joven. Joven y ya mayor, con las huellas de la guerra en el corazón y del hambre en el resto del cuerpo. No es solo cuerpo, sabe pensar y piensa, pero no dice. Sostén de la familia, del sistema y del planeta… Del padre al novio, del novio al marido y del marido a los hijos.

Pongamos que hablo de nuestras madres, las mujeres que se nos van muriendo poco a poco. Aprendieron a aprender desde pequeñas, mirando como sus madres cocinaban, cosían, planificaban el trabajo y hacían presupuestos ajustados y comunitarios. Después, supieron enseñar a sus hijos que todas las épocas son iguales y que conviene escuchar a los mayores para no tropezar dos veces en la misma piedra, y siguieron: vigilando a sus nietos, protegiendo a sus hijos, recordando a su marido. Siempre respetando y siempre respetadas. ¡Es increíble! Son las auténticas heroínas del siglo XX.
He oído hablar de economía con valores, (definida como aquella que cuida y respeta los valores de las personas y su entorno, de la vida) y me he acordado de las mujeres de esta generación. Creo que deberíamos recordar su austeridad, ese constante afán por evitar el consumo desmedido y reconocer su papel en el mantenimiento de este país y sobre todo su buen hacer en la vida, silencioso e iconoclasta, tan lejos del griterío político.
Ese tono de admiración primaveral, fraternal e incluso ingenuo con el que he empezado a escribir se ha visto sorprendido con la noticia de la detención de Ignacio González, expresidente de la Comunidad de Madrid. ¡Impresionante!, ¡inaudito!, vinieron con el Tamayazo y se van con la guardia civil.
¿Creéis que ocurren siempre las mismas cosas y las vivimos de distinta manera?
En realidad a este señor le respetamos como representante del pueblo, máximo responsable del gobierno de Madrid, incluso le llamaríamos de usted si en alguna ocasión hubiésemos tenido el privilegio de estar a su lado y ahora es un detenido o reo, es decir, ha sido privado temporalmente de libertad por la autoridad competente. Es una auténtica tragedia, una persona que parecía respetable y ahora es acusado de robar a las arcas públicas. Me pregunto qué figura es más peligrosa para la sociedad un narcotraficante o un político corrupto.
Ahora mi añoranza es de líderes lúcidos, valientes y sobre todo honrados.
Hoy el poema es de una mujer de la generación de mi madre que se llama
MARÍA ELVIRA LACACI.
La posteridad ?Con frecuencia, oigo hablar a poetas?de la posteridad.?»Tenemos que intentar –dicen con énfasis–?que las generaciones venideras…»?Y yo digo que sí –siempre me incluyen–. Pero mi corazón?sonríe?al tiempo virgen para sus latidos.?Yo quiero vivir al día,?lo mismo que las aves.?Ser pan de todos, sí?de los que conmigo muerden la agonía.?Y ya no aspiro a más.?Sólo a pudrirme –cuando llegue la hora–?junto a mis letras húmedas y doloridas.

 

FELIZ DÍA DEL LIBRO

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