¿A dónde vamos?

 

 

 

José de Villamisar
Desde la construcción del muro de Berlín, que dividió Alemania en dos, la occidental llamada República Federal Alemana y la oriental denominada República Democrática Alemana, como todo el mundo sabe en la Alemania occidental adoptaron el capitalismo como estructura económica, que llevaría a sus ciudadanos a gozar del Estado de bienestar como en otros países europeos, Estados Unidos o Japón.
Mientras tanto en la Alemania oriental, por estar bajo el socialismo de la Unión Soviética, tenía muchas limitaciones, pues la comida, el vestuario, los desplazamientos de cada habitante eran controlados y otorgados por el Estado, la educación rígida en torno a los valores comunistas, el control férreo de los medios de comunicación, represión incluso del pensamiento, control del comercio. Ect, ect,.
Durante la existencia del muro, los soviéticos se encargaron de difundir propaganda ensalzando las bondades que tenía el régimen comunista, y de lo bien que se vivía en los países comunistas, pero se cuidaban mucho de que en occidente no se supiese la verdadera realidad, hasta tal punto que muchos occidentales envidiábamos a los que estaban detrás del telón.
Con la caída del muro todo se vino abajo, y se vio que en esos países comunistas solo había corrupción, hambre y miseria y sin ningún tipo de libertades.
El Capitalismo que imperaba en occidente se frotaba las manos, viéndose sin competencia, aprovecharon para imponerse sin piedad, sus mayores defensores quieren privatizarlo todo, intentan expoliar los recursos naturales que la población debería reclamar para ella misma. La evolución del Poder de las grandes corporaciones se está multiplicando exponencialmente. El capitalismo está financiando los partidos políticos y con ello haciéndose con el Poder, quieren hacer desaparecer las conquistas sociales conquistadas por nuestros antepasados, quieren limitar nuestros derechos a sus actividades y lo están consiguiendo poco a poco.
¿A dónde vamos?. Los vertiginosos cambios que se están produciendo, aunque no sepamos en que dirección nos llevan, nos van a impactar de lleno a todos los ciudadanos del mundo, las nuevas tecnologías son una bomba de relojería que no se sabe cuando ni como va a explotar, lo cierto es que explotará.
La Unión Europea, timón del barco en otros tiempos no lejanos, está perdiendo el rumbo y lucha por mantenerse a flote en estos tiempos tan convulsos.
Los ciudadanos de todo el mundo sienten desafección hacia los políticos, por su falta de sentido común y compromiso con las necesidades reales de sus conciudadanos. Con su confrontación están causando mucho daño a la sociedad en su convivencia pacífica, incitándoles al odio y al enfrentamiento.
El problema de los refugiados, es sin duda un asunto peligroso, la falta de solidaridad de los países europeos y la amenaza del terrorismo islámico está cambiando la mentalidad de mucha gente, radicalizándose y aumentando la violencia.
Con todo este panorama, nosotros debemos elegir entre la tolerancia y la intolerancia, el odio o el respecto a los demás, dinero fácil y corrupto o el que es fruto del trabajo y el esfuerzo. Nuestra sociedad necesita regeneración política, y nosotros debemos contribuir en lo posible para salir de la situación complicada en la que nos tocó vivir.
En las últimas elecciones generales celebradas el día 26, Mariano Rajoy se alzó con la victoria, aunque no suficiente para gobernar.
El Partido Socialista ha evitado el anunciado «Sorpaso», pero perdió 5 diputados con relación a la cita del pasado diciembre, le faltan 52 escaños para alcanzar al PP y Pedro Sánchez todavía sigue siendo el Secretario General, o acaso ¿quiere ser Presidente?.
La coalición Unidos-Podemos sacó los mismos escaños, pero perdió más de un millón de votos.
Ciudadanos va perdiendo fuelle y si no hay acuerdo con Rajoy, y si se va a unas nuevas elecciones le pronostico lo peor

 

 

 

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