Francisco Alcaraz nació en Almería en el año 1926, y con su casi noventa años reside en Garganta de los Montes. En ese intervalo ha pasado por Madrid, Paris, Brasil, Alemania Suiza… y Sañalda en la Sierra de Ayllón. En la exposición que bajo su atenta mirada, ha montado Paloma Porpetta podemos ver un recorrido por las obras de su pincel desde los años cincuenta, pero también de esa otra parte de su obra.
Sus trabajos de restauración, su habilidad en la creación de marcos para cuadros que usaron Picasso, Juan Gris o Rouault. En los años 60, el Círculo de Bellas Artes le dedicó una exposición a Francisco Alcaraz, «El marco en el arte: cuadros de los siglos XVII al XX». Además de muestras de esos marcos, folletos, programas fotografías de una vida intensa que desde mirada sabia, paciente y bonachona contemplan a Alcaraz. {phocagallery view=category|categoryid=574|limitstart=0|limitcount=0}
En la actualidad, ya no anda tan rápido, pero sigue paseando su piernas y su mente por las calles de Garganta de Montes, adonde llegó, para estar con su hijo.

Su Vida
Alcaraz empezó muy joven a interesarse por la pintura y el dibujo.  A los 16 años ingresó en el taller de talla y escultura de Perceval, donde entre gubias y pinceles aprende el oficio.  Será en el entorno cultural de Almería donde nazca el movimiento indaliano, al que pertenece por derecho propio. En el año 1947, llega a Madrid, para la exposición que se celebra en el Museo Nacional de Arte Moderno de artistas indalianos, y decide quedarse.  Pinta, esculpe, talla, restaura… una actividad imparable que le llevará a París en el año 1950 ciudad en la que vivirá hasta 1963 en que regresa a Madrid. Paco viaja, vive y trabaja por el arte y para el arte. Artista polifacético, a quien rendimos homenaje con esta exposición de su obra y de su vida.
Ha dedicado su vida tanto a la pintura como a la restauración de pinturas y muebles. Es un pintor incansable que con más de 80 años sigue exponiendo. Abarca una amplia trayectoria artística que comienza en Almería, pero que lo llevará por las grandes capitales. Gracias a una beca del gobierno francés se traslada a París para frecuentar la Escuela del Museo del Louvre y estudiar allí el impresionismo francés. Con José María Torres tuvo la oportunidad de trabajar como restaurador en las obras maestras de las grandes catedrales como Nantes, Chartres o el Palacio de Versalles. Tras trece años de residencia en Francia se traslada a restaurar obras de Patrimonios artísticos extranjeros, visitando Bélgica, Inglaterra, Alemania, Suiza y España, donde fija finalmente su residencia y tiene la oportunidad de restaurar la Inmaculada de Murillo en la Catedral de Almería.
Francisco Alcaraz pertenece a la denominada primera generación de pintores indalianos, junto a Perceval, Miguel Cantón Checa, Luis Cañadas, Francisco Capulino, Capuleto, Antonio López Díaz y Miguel Rueda. Estos artistas toman como punto de partida la cultura almeriense, ancestral y mediterránea. Los denominados indalianos, agrupados alrededor de la figura de Jesús de Perceval, reivindicarán una regeneración estética basada en los valores tradicionales de la zona sur frente a las vanguardias del norte, que se traducirá en una pintura de realismo «moderno». Estos artistas plasman tanto el paisaje almeriense, como a los seres humanos que se identifican con él, de una manera muy singular, generando así una iconografía emblemática de toda la provincia y en concreto de la ciudad.
El grupo aparece unido sobre todo por el tipo de pintura que practicaban, siguiendo el estilo de la Academia Breve. Presentan un arte moderno pero que no llega a vanguardista, tradicional pero sin caer en lo académico, con innovaciones destacadas, pero uniendo siempre tradición y modernidad. Era un estilo destinado a la burguesía, grupo cuyos gustos no habían evolucionado de manera considerable desde principios de siglo.

Hasta el 15 de enero de 2016 se podrá ver en la sala de exposiciones de Torrearte, en Torremocha.