El día después

 

 

 

José de Villamisar
Desde PEÑALABRA

El pasado 27 de septiembre se celebraron elecciones en Cataluña, unos dicen que plebiscitarias, en donde se decidía si se independizaban o no de España, y, otros dicen que eran elecciones al Parlamento de la Comunidad Autónoma catalana.
Lo cierto es que, aún tratándose de unas elecciones autonómicas, se plantearon como un plebiscito sobres la independencia, la intención de los convocantes era que los votantes se pronunciasen en independentistas, o, no independentistas.
Una vez celebradas las votaciones con el resultado de todos conocido, se ha interpretado el resultado de distinta manera
En principio, y oídos a los representantes de los distintos grupos que habían participado en los comicios, todos habían ganado, pero la realidad es que, los que se pronunciaron sin ambigüedades a favor de la independencia, la CUP y Junts pel Sí lograron un 48% de los votos, frente al resto de opciones que consiguieron un 52%.
Las dos formaciones que propugnan la independencia sí lograron la mayoría absoluta de escaños, dato éste que según ellos les legitima para proclamar unilateralmente la independencia.
En lo que no hay lugar a dudas, es que la sociedad catalana está dividida casi al 50%
Si analizamos los resultados como elecciones autonómicas vemos que Junts pel Sí, que engloba a Convergencia a Democrática de Cataluña y a Esquerra Republicana, «matrimonio insólito», han ganado las elecciones con 62 escaños, a falta de 6 para la mayoría absoluta, y por ende poder gobernar.
La CUP, formación que se autodefine como antisistema, ha obtenido diez escaños, por lo que se queda con la llave del Parlamento.
Ciudadanos es el gran triunfador, al pasar de 9 a 25 diputados, su joven líder Inés Arrimadas, fue de las pocas que durante la campaña electoral, se pronunció sin tapujos ni ambigüedades en contra de la independencia, presentando un programa de gobierno que ninguno de los demás hicieron y así le fueron las cosas, que casi triplica el número de escaños con relación a los anteriores comicios.
En el Partido Socialista, están eufóricos y dicen que es un resultado «muy satisfactorio», pero la verdad es que sigue cayendo a la vista de los 4 escaños que se deja en el camino.
La formación que representa a Podemos, aliados con los antiguos comunistas de Iniciativa per Cataluña y los Verdes, ha pasado de los 13 escaños que tenía la antigua formación a 11 actuales, y todo apunta a que Pablo Iglesias está en «caída libre».
El gran perdedor de éstas elecciones catalanas, es sin duda, el Partido Popular. Sustituyeron a Alicia Sánchez Camacho, por el hasta hace poco Alcalde de Badalona Javier García Obiol, durante la campaña Mariano Rajoy puso toda su carne en el asador, acompañando a su candidato a todos lo mítines que podía, para al final obtener unos pésimos resultados, habiendo perdido más de 100.000 votos y pasando de tener 19 diputados en el parlamento anterior a 11 en el actual, y de ser la cuarta fuerza política pasa a se la quinta. De seguir así el Partido Popular se encamina a un fuerte castigo para las próximas generales. Su electorado está harto de las mentiras, la arrogancia y sobre todo de la corrupción que tiene putrefacto todo el Partido.

 

 

 

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