Braojos ha cumplido 16 años con su Jornada de Música y Tradiciones. Dieciséis años donde han vivido tiempo de crecimiento, de asentamiento, de buenos momentos económicos, pero también de la capacidad de sus vecinos de conseguir mantener la Jornada en tiempos de estrecheces económicas. La participación de los vecinos, de colectivos como la escuela Entrecierras, del ayuntamiento de la localidad, pero también con el concurso de buenos amigos que venidos de otras tierras, se han enamorado del proyecto y de las gentes de Braojos.

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Este 30 de mayo, Braojos Tradicional ha vuelto a sacar sus apuestas con el trabajo de los artesanos de tierras cercanas de San Mames (con sus quesos); de los panes y bollos del Hayuco de Montejo, de los cuencos y hoyas de Fresno de Cantaespino; de los ahumados de Madarcos; de los adornos de San Sebastián…
La participación con los talleres de cestería, de la fragua, de los bastones, de los zarzos para el cierre de espacios…
Y como no, la música siempre presente, y con la música el baile. Bastaba que empezará a sonar una pandereta, una dulzaina para que los jóvenes de espíritu pusieran a bailar pies y manos.
Los aboguemos y dulzaineros de Entresierras pasearon la música por la plaza de Braojos, llevando a los visitantes por los diferentes talleres, donde a los asistentes les explicaban las peculiaridades de cada uno.
Por la tarde, las actuaciones, las abrieron los miembros del grupo La Enramada de Braojos, jotas y demás sonidos castellanos, que dieron paso al grupo Tierra Norte de Burgos con sus «memorias de nuestros mayores y que vienen los mozos».
Ya anochecido, Ismael Peña llevó la música a su mundo; y antes de acabar la jornada la Bojiganga interpretó los temas de «el viaje entretenido».