LA GRAN ESTAFA DEL SIGLO: JUNTAR CHURRAS CON MERINAS

ANTONIO MARÍN SEGURA

Dar collejas al tonto de turno y que no pase nada es algo a lo que estamos acostumbrados, pero no debemos callar cuando éstas pican en grado de injusticia. Por esta razón, me atrevo a escribir este artículo pues otra colleja de las picantes y gratuitas le cayó a la Iglesia Católica en este periódico de la palma escritora de nuestro vecino de El Molar D. Antonio Sánchez-Marín Enciso.
En febrero Don Antonio publicó un artículo de opinión alertando al lector sobre una gran estafa que en El Molar podría bautizarse como affaire Casa de la Cultura. Lejos de opinar sobre la misma, lo que pretendo señalar es la facilísima oportunidad del autor de atacar en sus párrafos a la Iglesia sin justificación alguna y de aclarar, por tanto, que algunas afirmaciones allí tajantemente escritas no son fruto de la reflexión sino de la rabia que un tema cualquiera como la construcción de un centro público pueda ocasionar en un vecino irritado y con enemigos definidos dogmáticamente de antemano.
Don Antonio afirma lo siguiente:
De nuevo se ha demostrado que la clase capitalista, que es la clase dominante de la derecha, es enemiga de la cultura de los humildes, amparados siempre por la Iglesia Católica española, para ellos la base de la civilización occidental, la suya, claro está, como les gusta, hoy más que nunca pregonar en la prensa amarilla de este país. Esta Iglesia española ha sido siempre cómplice de esta derecha, como lo fue criminalmente con los pérfidos traidores militares sublevados contra el orden legal.
Primera afirmación:
1. La Iglesia Católica ampara siempre a la clase dominante que es enemiga de la cultura de los humildes.

2. Por tanto, concluimos que la Iglesia siempre es enemiga de la cultura de los humildes.

Gravísima afirmación más cerca de la falacia que de la verdad, sabiendo, por otro lado, que en dos milenios de historia de la Iglesia esto podría haberse dado localmente pero nunca universalmente y fuera, por supuesto, del guion de la Iglesia que es el Evangelio.
Al margen de temas donde podríamos escribir horas defendiendo o atacando el actuar concreto de obispos, papas, religiosos o laicos comprometidos, la verdad innegable es que no hay institución en la historia de la humanidad que haya hecho más por la cultura de los humildes, entendiendo por esta última expresión el ámbito intelectual, social y espiritual de la gente con menos recursos.
Sería ciego aquél que no vea el papel grandísimo de la Iglesia de Cristo en el nacimiento de las primeras universidades en la Europa medieval, madres de las actuales; en la difusión de valores universales del hombre por todo el orbe; en la aparición de instituciones de enseñanza para niños allí donde el Estado de la época contemporánea no podía llegar; en la cercanía con los más pobres hoy en el Tercer Mundo, etc.
El etcétera es largo, pero concluyo citando algunos nombres que están en el corazón mismo de la Iglesia: Francisco de Asís; Jerónimo Emiliano, Pedro Claver, Toribio de Mogrovejo, José de Calasanz, Felipe Neri, Vicente de Paúl, Juan Bautista de la Salle, Juan Bosco, Damián de Veuster, Teresa de Calcuta… y créanme que los puntos suspensivos tapan en nombre de cientos de miles más.
Segunda afirmación:
1. La Iglesia es la base de la cultura occidental [la suya, claro está].

2. Por tanto, la Iglesia es la base de la cultura de la clase dominante occidental.

Reducir el aporte cultural de la Iglesia solo al ámbito de lo que los marxistas llaman clase dominante es tan absurdo como mentira. Expongo los siguientes ejemplos:
El desarrollo de la agricultura de los más pobres en Europa desde los monasterios medievales; el rescate de la cultura clásica greco-latina en los centros de estudio monacales y universitarios; el desarrollo del arte en los lugares más recónditos del planeta; el empuje de la filosofía dado por eminentes católicos; el desarrollo de las ciencias, la literatura, el derecho internacional… es tan gigantesco e importante que es patrimonio de TODA LA HUMANIDAD.
Cito a los siguientes como muestra insignificante de lo que la Iglesia es para la cultura de todos: Tomás de Aquino, Cirilo y Metodio, Nicolás Copérnico, Galileo Galilei, Francisco de Vitoria, Luis Pasteur, Gregor Mendel, Bartolomé Murillo, Juan de la Cruz, Teresa de Jesús, Lope de Vega, Calderón de la Barca, Benedicto XVI…
Tercera afirmación:
1. Esta Iglesia española ha sido siempre cómplice de esta derecha, como lo fue criminalmente con los pérfidos traidores militares sublevados contra el orden legal.

2. Por tanto, la Iglesia fue cómplice criminal de los pérfidos traidores militares

Respondo sin entrar en polémicas cansinas (y ya trasnochadas) con un dato objetivo: el «orden legal» produjo, lejos del frente de guerra, 6.845 víctimas religiosas asesinadas en el territorio republicano, de las cuales 13 eran obispos, 4.184 sacerdotes, 2.365 religiosos y 283 religiosas. ¿Sabían esto?
Por tanto, podemos ser de derechas o izquierdas; monárquicos o republicanos; católicos o agnósticos, pero NUNCA hemos de faltar a la verdad y, aun apasionados por nuestras ideas, debemos procurar no herir con nuestras palabras. Y por favor, no juntemos churras con merinas, que la Iglesia no tiene nada que ver con el affaire de la Casa de Cultura de El Molar.

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