La Comunidad de Madrid ha conseguido incrementar en un 10,87% las ayudas de la Unión Europea para la aplicación de su Programa de Desarrollo Rural (PDR) en el periodo 2014-2020 y mantener las ayudas directas a agricultores y ganaderos en 41 millones de euros anuales. Así se acordó en la Conferencia Sectorial de Agricultura y Desarrollo Rural celebrada en el Ministerio con la presencia de los consejeros del ramo de todas las comunidades autónomas.
En ella, el consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid, Borja Sarasola, defendió «la necesidad de apostar por la mejora de la competitividad, por el desarrollo sostenible y territorial equilibrado, por la innovación y creación de empleo y por el máximo apoyo a los jóvenes agricultores, la ganadería extensiva y las razas autóctonas».
La reunión, en la que se debatía el reparto de fondos europeos entre las diferentes comunidades autónomas, reportó un total de 76,5 millones de euros para el desarrollo rural de la Comunidad de Madrid, frente a los 69 millones con los que comenzó en el periodo 2007-2013. Esta partida correrá a cargo del Fondo Europeo Agrícola para el Desarrollo Rural (FEADER), y a
ella habrá que sumar las destinadas a este fin por la Administración General del Estado y la propia Comunidad de Madrid, lo que en la práctica supone aproximadamente duplicar la cantidad que proviene de Europa.
«El mantenimiento y mejora de la agricultura y ganadería son para el Ejecutivo autonómico elementos estratégicos para mantener un territorio rural en el que viven 200.000 personas pero del que disfrutan los 6,4 millones de madrileños», señaló Sarasola.

Apoyo a las explotaciones vivas

Los programas de desarrollo rural complementan a las ayudas directas a los agricultores, financiadas al 100% con fondos europeos a través del Fondo Europeo Agrícola de Garantía (FEAGA), que se mantiene en 41 millones de euros anuales para la Comunidad de Madrid. El propósito del Gobierno regional es que estas ayudas vayan exclusivamente a aquellos agricultores y ganaderos que realmente realicen una actividad agraria, creando empleo y generando actividad económica. Así, se ha defendido y conseguido que en ningún caso se beneficien aquellos para los que las ayudas supongan más del 80% de sus ingresos agrarios.
En este sentido, la Comunidad de Madrid ha logrado en el seno de la Conferencia que se tenga una sensibilidad especial hacia los agricultores a tiempo parcial, muy significativo en la región. De este modo, podrán acceder a las ayudas sin restricciones y de igual forma que los agricultores a tiempo completo. Frente a la opción de la tasa plana, el Gobierno regional ha hecho valer la diversidad agraria. Así, las ayudas atenderán a las singularidades de la producción y el medio, que en una región como Madrid se expresa en su gran heterogeneidad de cultivos o explotaciones ganaderas.
En este punto, la ganadería de vacuno extensivo será objeto de especial atención, tanto por lo que representa en términos económicos como por su contribución al mantenimiento del medio natural, tal y como demuestra la reciente declaración del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, donde la ganadería extensiva aparece como uno de los usos tradicionales responsables de su actual configuración y conservación. En lo que se refiere a la producción ganadera, la carne y la leche de vaca representan más del 40% de los 400 millones de euros anuales generados por las más de 8.000 explotaciones agrarias repartidas por la geografía regional.
La Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio ha logrado incrementar las ayudas para el sector ovino y caprino, que se destinará especialmente a las razas autóctonas en peligro de extinción, como la cabra del Guadarrama, la oveja rubia de El Molar y la Colmenareña.
El Programa de Desarrollo Rural de la Comunidad de Madrid para el periodo 2014-2020 tendrá como grandes ejes la mejora de la competitividad compatible con el medio ambiente, el desarrollo territorial equilibrado y la innovación y creación de empleo. El objetivo prioritario será generar nuevos empleos y potenciar la incorporación de jóvenes, de forma que garantice el relevo generacional y el futuro del campo madrileño y del sector primario en su conjunto.