Reflexiones de un alcalde

Veo con cierta intranquilidad las noticias que estos días van saliendo sobre la unión de municipios para conseguir hacerlos más eficientes. Antes de entrar en esa cuestión, me gustaría debatir primero sobre la importancia de los territorios. Desde los inicios de la humanidad, con los territorios se han podido hacer dos cosas, o habitarlos o ocuparlos. No tenemos más que echar un vistazo a un libro de historia y veremos como la parte más fácil siempre ha sido ocuparlos, en realidad dependía del tamaño y poder del ejército de turno. Pero bien sabían los antiguos que si querían conservar un territorio tenían quehabitarlo, de ahí los derechos de repoblación, por ejemplo.
Afortunadamente, algunas cosas han cambiado. Ahora, esos territorios no se ocupan con ejércitos, si acaso con turistas o visitantes. Pero lo que no ha cambiado es que si una sociedad quiere conservar un territorio, sigue siendo imprescindible que lo habite; de otra manera, tarde o temprano lo terminará perdiendo. De ahí la extrema importancia de que pervivan esos pequeños pueblos aun habitados. Hacerlos desaparecer, además de cruel e innecesario, terminaría volviéndose en contra de la sociedad. Siglos de historia los avalan, han vivido del territorio, lo han amado, han construido el paisaje que habitan, lo han hecho suyo aunándose con él; y, por supuesto, han contribuido a conservarlo. Como el caracol a su concha.
La mejor manera de ayudar a que estos pequeños núcleos rurales sobrevivan es respetar su identidad y dejar que se manifieste a través de instituciones propias, democráticas, que los representen ante otros organismos públicos y privados. Deben conservar su pequeña autonomía política y administrativa, necesitan tener un ayuntamiento que los defienda.
La unión de municipios se me antoja además inadecuada para lograr los fines de ahorro que se predican, pues el ahorro previsto, ¿de dónde se va a sacar?, ¿eliminando cargos políticos representativos que, en la mayoría de las ocasiones, no tienen ninguna retribución y que ponen su tiempo en beneficio de su pueblo sin ningún coste para el mismo? ¿compartiendo un personal administrativo como el de los secretarios, que en la mayoría de los casos ya están compartidos? Porque digo yo que las farolas seguirán en todos los núcleos (aunque tampoco pasa nada si apagamos algunas) y barrer, se tendrá que seguir barriendo.
Que se puede y debe optimizar es evidente, pero también lo es que la aplicación mecánica e indiscriminada de la fórmula de unir ayuntamientos -haciendo que muchos ayuntamientos desaparezcan sin más- no es la más adecuada, por los menos en los pueblos pequeños rurales. Otra cosa es que busquemos esa eficiencia en la unión de servicios, desde organismos como las mancomunidades, lo cual si parece más que razonable y por mi parte deseable. Conozco bien los pequeños pueblos de la sierra de Madrid, y en todos los casos en lo que varios núcleos están bajo un mismo ayuntamiento, deben analizarse el coste de mantenimiento y el supuesto ahorro supuesto con la evolución social de esos núcleos, y en casi todos los casos desaconsejan esa unión.
No conozco y por tanto me cuesta más valorar la conveniencia o no de unir los municipios grandes, que tienes miles de funcionarios cada uno, cargos políticos retribuidos, asesores, y miles de infraestructuras que mantener, pero no creo que ese modelo sea el que nadie esté pensando, por lo tanto me abstengo.
Sólo una cosa más para la reflexión… si los pueblos pequeños son los más ineficientes, ¿como es que son los que no tienen en la mayoría de los casos ningún tipo de deuda, mientras que los grandes, mucho más eficientes, cargan en muchos casos con deudas millonarias? Hablo de la sierra Norte, que es la que conozco.
Estoy totalmente a favor de buscar mayor eficiencia, evitar duplicidad de competencias, centralizar determinados servicios y sobre todo poner sentido común en las administraciones, incluidas las locales, pero no permitamos que desaparezcan esos pequeños pueblos rurales, que en la Sierra Norte suman 42 municipios con una población total de 25.000 habitantes, que viven en un territorio que supone la tercera parte del territorio de la Comunidad de Madrid, y que son los que hacen que se conserve esa parte del territorio, por la simple razón de que lo HABITAN.

Ángel Martínez
Alcalde Buitrago del Lozoya

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