Hablando de Casas de Niños y Escuelas Infantiles Públicas

En estas últimas semanas, las personas que trabajamos en Casas de Niños y en Escuelas Públicas de Educación Infantil, estamos preocupadas porque oímos y leemos en medios de comunicación que nuestra labor «no es tan educativa» como la que se realiza en colegios de Primaria e Institutos. Se dice que nuestros Centros, donde se matricula el ciclo de 0 a 3 años, es «fundamentalmente asistencial», sitios donde se «guarda» a los más pequeños para contribuir en la conciliación de la vida laboral y familiar.
Lo primero que conviene recordar, ante estos comentarios, es que desde 1990 formamos parte de la Primera Etapa del Sistema Educativo Español, que se llama Educación Infantil, estructurada en dos ciclos: 0-3 años (Primer ciclo) y 3-6 años (Segundo ciclo). Ese año se reconoció (¡por fin!) el carácter educativo de esta etapa, hasta entonces llamada «Preescolar».
Desde entonces, (¡ya han pasado 22 años!), la titulación de acceso para trabajar en Casas de Niños o en Escuelas Infantiles Públicas, es Técnico especialista en Educación Infantil, Magisterio en Educación Infantil (Diplomatura o Grado)…titulaciones todas de carácter educativo. ¿Por qué será?
Quizás es porque tenemos que saber cómo hacer Proyectos Educativos en equipo, cómo diseñar contextos de aprendizaje, cómo observar en el aula, cómo evaluar para hacer «reajustes» (no sé por qué me habrá salido esta palabra) y mejorar nuestras propuestas de trabajo…quizás es por eso.
En los centros educativos se ayuda a aprender ¿no? Pues los aprendizajes correspondientes a estas edades son los más importantes para el ser humano. Nuestras «asignaturas» son cinco: el desarrollo físico, intelectual, emocional, social y comunicativo de cada niño o niña que tenemos en las aulas. Y las trabajamos desde el respeto a sus necesidades básicas, desde el cuidado y el afecto, ayudando a que sean protagonistas de su aprendizaje, a que se valoren con aciertos y errores, a que disfruten con el descubrimiento del mundo que le rodea…e intentando, día a día, conseguir la colaboración y la confianza de las familias en el Centro.
Llevamos muchos años trabajando con intencionalidad educativa, no entendemos hacerlo de otra manera. Y lo educativo, en nuestras escuelas, pasa por considerar el juego como principal fuente de conocimiento y de placer, la manera más natural y motivadora de construir aprendizajes en estas edades, donde se van desarrollando globalmente todas las capacidades antes mencionadas.
¿Se puede reducir todo esto al término «asistencial»?. Pensamos que no. En los Centros, ya sean de infantil, primaria o secundaria, cada uno con sus aprendizajes correspondientes, tenemos la seguridad de estar educando y es «fundamentalmente» nuestra razón de ser profesional.

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