El pasado 9 de noviembre, un grupo de 25 vecinos de Redueña, de diferentes edades, tuvo la oportunidad de visitar el Valle de los Neandertales, en Pinilla del Valle.
A las 10:30 de la mañana, el grupo partió desde la oficina de turismo rumbo a los yacimientos arqueológicos situados en el abrigo y la cueva del Calvero. Allí, Gonzalo, el guía de la visita, ofreció una detallada explicación sobre la forma de vida de los neandertales que habitaron la Península Ibérica durante el Pleistoceno.
El recorrido comenzó en la Cueva del Camino, descubierta a finales de los años 70 de manera fortuita durante el trazado de un camino. Este enclave, parcialmente deteriorado por la erosión, funcionó como cubil de hienas hace unos 90.000 años. En él se han identificado más de 50 especies de fauna, destacando la hiena manchada, y se recuperaron dos molares pertenecientes a Homo neanderthalensis.
La siguiente parada fue el Abrigo de Navalmaíllo, un gran refugio de techos desplomados descubierto en 2002. Allí se hallaron restos de fauna, industria lítica y evidencias de hogueras que datan de aproximadamente 77.000 años, testigos de la presencia de grupos neandertales. Un año más tarde, en 2003, se identificó la Cueva de la Buena Pinta, otro antiguo cubil de hienas.
En 2009, el equipo investigador descubrió la Cueva Des-Cubierta, donde apareció una llamativa acumulación de cráneos de grandes mamíferos con cuernos y astas (bisontes de estepa, uros, ciervos o rinocerontes de estepa….) con una antigüedad aproximada de 40.000 años.
Más recientemente, en 2021, se localizó la Cueva Chica, uno de los asentamientos de los primeros Homo sapiens durante el Paleolítico Superior.
Sin embargo, uno de los hallazgos más significativos del enclave es la mandíbula y varios dientes de un individuo infantil neandertal, de entre 3 y 5 años, conocido como “la niña del Lozoya”. Este descubrimiento, único a nivel mundial, ha transformado la visión tradicional sobre los neandertales, al mostrar que poseían capacidades simbólicas hasta ahora atribuidas únicamente al Homo sapiens.
La jornada resultó ser una valiosa experiencia de aprendizaje en la que también se desmontaron falsos mitos sobre el aspecto y el modo de vida de los neandertales, tradicionalmente representados como seres bajitos, peludos o exclusivamente carnívoros. Gracias a las explicaciones de los expertos, los asistentes pudieron acercarse a una imagen más real y precisa de quienes poblaron estas tierras hace más de 70.000 años.



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