Esta vez no escribe él. Esta vez escribimos sus amigos, el pueblo de Montejo de la Sierra y toda la Sierra Norte. Porque pocas personas merecen tanto como Rafael de Frutos Brun el reconocimiento público, el cariño sincero y el homenaje emocionado de quienes hemos crecido escuchándole, leyéndole, admirándole y, sobre todo, queriéndole.

Rafa representa el alma viva de Montejo. La voz de nuestras tradiciones, el guardián de las costumbres, el cronista de las historias que han tejido generación tras generación nuestra identidad. Su palabra ha acompañado la historia reciente de nuestros pueblos: en las fiestas de Montejo, presentando actos, animando con su voz los encuentros, conectando a jóvenes y mayores, dando vida a cada rincón, a cada celebración, a cada recuerdo. Rafa siempre estaba allí, con su sonrisa, su sabiduría y su pasión por hacer las cosas bien y hacerlas con alma. Su implicación nace del corazón, 

Desde las páginas de Senda Norte, Rafa ha recogido y salvado del olvido miles de historias, pequeñas y grandes, que hoy son el orgullo de nuestra memoria colectiva. Gracias a su mirada, la vida en Montejo —el Chaparral, las fuentes, los inviernos, las fiestas, los oficios, las viejas costumbres— sigue viva en quienes leemos sus palabras.

Por eso no nos puede llenar de mayor orgullo que ahora la Comunidad de Madrid le reconozca en un acto tan solemne como la Fiesta del Dos de Mayo. Dentro de los galardones concedidos este año, destaca la Gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo para los Fundadores del Hayedo de Montejo, coincidiendo con el 50º aniversario de su declaración como Sitio Natural de Interés Nacional. Un reconocimiento que premia su labor incansable en la conservación de este espacio único, en la defensa de la naturaleza y en la divulgación de su valor entre generaciones.

Rafael de Frutos forma parte de esa historia. No solo ha mostrado el Hayedo a miles de visitantes, sino que ha sabido contar su magia como pocos. Con su cercanía, su pasión serena y su conocimiento, ha logrado que muchos descubran en el Hayedo algo más que árboles centenarios: una parte viva de nosotros mismos.

Hoy, desde Montejo y desde toda la Sierra Norte, te damos las gracias, Rafa.
Por cada historia que nos contaste.
Por cada fiesta que animaste.
Por cada paseo que compartiste.
Por cada raíz que preservaste.

Gracias por tu legado, por tu ejemplo, y por recordarnos que un pueblo que no olvida sus raíces siempre florece.

Este reconocimiento no es solo tuyo, Rafa: es también de todos los que te hemos querido, admirado y aprendido de ti.
Con todo nuestro cariño y admiración,

Tus amigos, tus vecinos, tu pueblo: Montejo de la Sierra. Abril de 2025

David Fernandez

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