Entre el 5 y el 7 de septiembre se celebró la  XXIII Feria Medieval. Un gran número de puestos fueron colocados por la calles de Buitrago desde la plaza de la Constitución hasta la plaza del Belén Viviente, tras recorrer las empedradas calles de la Villa de Buitrago.

Los visitantes pudieron observar un gran número de puestos, aunque en la plaza del Castillo, tuvieron preferencia las tabernas de diversas influencias para el ocio gastronómico.

Aunque por desgracia entre tanto puestos, los que verdaderamente recordaban a tiempos medievales eran una minoría, donde brillaban los puestos de reventa o artesanos que, aunque interesantes, de medievales tenían poco. 

La feria contó con una programación diseñada para los más pequeños, con numerosas animaciones infantiles que incluían talleres, juegos y espectáculos, aunque algunos fuera de la plaza del Castillo. 

Escasa presencia de artesanos de la Sierra, y la tradicional participación de Apafam, del Centro de Turismo Villa San Roque, y un grupo de vecinos para recaudar fondos para sus actividades.