Hace unos días estaba en casa de un amigo que vive en uno de los pueblos de la Sierra del Rincón y, ya de noche sobre las doce, escuché perfectamente el canto de la codorniz. Me hizo mucha ilusión porque este ave, que está en declive desde hace tiempo, es más típica en la campiña y rara en zona de montaña. Consulté la página de la Reserva de la Biosfera, en la que se halla un inventario de la flora y la fauna, y sí que estaba citada. Después miré también el III Atlas de las Aves Reproductoras de SEO/Birdlife, que se desarrolló entre 2014-2018 y aunque está en menos cuadrículas que antes, aparece en algunas áreas montañosas de nuestra comarca.
La Codorniz común (Coturnix coturnix) es un ave galliforme de pequeño tamaño. Sus medidas oscilan entre los 16-18 cm. de longitud y unos 32-35 de envergadura. Sus colores son muy suaves, lo que le confiere un gran poder mimético. Combina tonos pardos, más oscuros en las partes superiores y claros en las inferiores; en las zonas dorsales presenta líneas ocres, blancas y negras. Además tiene una lista supraciliar (ceja) blanca y la garganta es clara. En los machos esta zona pálida de la garganta aparece enmarcada con unas líneas oscuras en forma de ancla. A diferencia de sus parientes, las codornices poseen alas largas y estrechas, diseñadas para sus migraciones. Es una especie estival, que arriba a nuestro país desde los meses de febrero y marzo; aunque también encontramos codornices residentes, localizadas sobre todo en latitudes del sur de nuestra Península. También pueden verse en invierno en zonas septentrionales, aunque en este caso serán individuos invernantes procedentes de países europeos más al norte. Se distribuye por toda la región Paleártica (excepto en algunos países fríos como Islandia), norte de África y Oriente Medio con poblaciones dispersas en el sur y este de África, la isla de Madagascar y otras del Océano Índico. En España ocupa todas las regiones, evitando zonas de alta montaña u otras muy secas, como el sudeste peninsular. Presente en las islas Baleares y Canarias.

Habita en zonas abiertas con escasa vegetación: herbazales, pastizales, cultivos, vegas y valles pero su entorno predilecto son las llanuras cerealistas, donde dispondrá de buena cobertura para esconderse y nidificar entre los trigales. Puede cantar durante todo el día aunque cuando es más habitual es al amanecer y atardecer, solapándose los sonidos emitidos por distintos individuos: uíc-uiuíc, que se repite rítmicamente y es inconfundible pero será muy difícil encontrarla; debido al mimetismo y a ser un ave muy terrestre, no se conoce esta especie tan en profundidad como otras, ni siquiera se sabe el tamaño exacto de sus efectivos. Vuela poco y cuando lo hace, principalmente sorprendida por los perros de los cazadores, es de forma rasante, alejándose unos pocos metros, para volver a hundirse en la hierba. Además, es muy veloz en la carrera. Su alimentación se compone preferentemente de semillas silvestres o de cereal; durante la época reproductora la completa con insectos y sus larvas, caracoles, orugas, etc.
Lo más llamativo de esta especie es sin duda su capacidad reproductora, efectuando dos y hasta tres puestas anuales; a veces la primera es en febrero o marzo e incluso puede hacerlo en el norte de África o sur peninsular para, en las sucesivas, mudarse buscando lugares más frescos al norte. Lo más frecuente es que la primera deposición suceda entre marzo y mayo. La hembra excava o aprovecha una depresión en el suelo para situar allí el nido, que tapizará con hierba seca y cubrirá con hierbas u hojas. La cantidad de huevos es muy variable, desde seis hasta doce, a veces más, lo que puede ser debido a que sean de dos hembras. En el mes de junio será cuando habrá más codornices incubando, en julio será todavía habitual y aún en agosto se pueden encontrar nidos con puestas completas. Es frecuente la poligamia, ya que son muy promiscuas. Existen parejas solitarias y otras en colonias. El periodo de incubación abarca de 17 a 21 días y de esto, al igual que de los pollos, se encargan sólo ellas. Los pollos son nidífugos, pudiendo caminar a las pocas horas de nacer y volar a partir de los once días.
Como comentábamos antes, no se sabe exactamente el tamaño de sus poblaciones; con los datos del último Atlas de Aves Reproductoras de SEO/Birdlife, se estima que en España habrá unas 350.000. Su declive es muy acusado, ya que desde finales del siglo pasado hasta hoy el descenso poblacional se sitúa en torno al 74 por ciento. Se encuentra catalogada como En Peligro en el Libro Rojo de las Aves de España. Sus principales amenazas son la alteración de los hábitats agrarios, la presión cinegética durante años, la hibridación con otras soltadas procedentes de granjas y que no tienen la misma genética, además del cambio climáxxtico. Se proponen medidas por parte de los conservacionistas para mejorar sus poblaciones: recuperar terrenos de agricultura tradicional, elaborar censos, regular la caza y prohibir la suelta de codornices de granja. Si no intentamos protegerlas, llegará un momento en el que habrá más cazadores que codornices.
Miguel Ángel Granado (Coordinador SEO-Sierra Norte)
Contacto: seo-sierranortedemadrid@seo.org

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