Cada primer domingo de agosto, en lo más alto de nuestra sierra, los pueblos del Valle del Lozoya y los pueblos de Segovía se dan cita para celebrar una de las tradiciones más queridas y antiguas: la Romería del Puerto de Malagosto. Una cita que, además de fe y encuentro, simboliza la unión de nuestras gentes y el orgullo por un patrimonio inmaterial que nos pertenece a todos.
Su origen se remonta a tiempos de Enrique IV, cuando nació la costumbre de subir hasta el Puerto de Malagosto para venerar la cruz y encontrarse con vecinos de ambas vertientes. Con el paso de los siglos, esta romería ha seguido viva, renovando año tras año ese lazo que une cultura, paisaje y memoria colectiva.
El próximo domingo 3 de agosto de 2025, la montaña volverá a llenarse de dulzainas, tamboriles y voces. Desde el Chozo hasta la Cruz, la procesión recuerda que, más allá de las fronteras municipales, hay algo que nos hermana: la historia compartida y el amor por nuestra tierra. Tras la misa, se celebra el simbólico encuentro de la Chata y el Arcipreste, personajes que evocan tradiciones centenarias. Y, como manda la costumbre, no faltarán los nombramientos de romeros, la pedrea de caramelos, la comida campestre ni los bailes que cierran la jornada.
Conservar y difundir estas celebraciones es apostar por nuestra identidad, por ese patrimonio inmaterial que da sentido a los pueblos y que queremos legar intacto a las próximas generaciones. La Romería del Puerto de Malagosto no es solo una fiesta; es la memoria viva de nuestra sierra.
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