Durante este mes de Julio, vecinos y visitantes de Redueña han tenido ocasión de disfrutar de tres conciertos excepcionales dentro del programa Clásicos del Verano de la Comunidad de Madrid.
El primero, el sábado 12 de julio a las 19:00, fue ofrecido por Jonatan Alvarado y Ariel Sbramovich con su interpretación de The Huehuetenango Songbook. En esta actuación, presentaron obras encontradas en la Biblioteca de la Universidad de Indiana, que reflejan la música polifónica y el canto gregoriano originados en Huehuetenango, Guatemala, entre 1582 y 1635. La propuesta consistió en transcripciones y reconstrucciones propias, incluyendo arreglos para voz y vihuela, creando un libro imaginario de vihuela y voz en tres partes, que combina lo moderno con lo histórico, logrando una interpretación muy expresiva.
El segundo concierto, el sábado 19 de julio, fue protagonizado por Iris Azquinezer con su espectáculo Hierro y Verde. Durante su actuación la artista interpretó varias Suites de J.S. Bach para violonchelo solo, junto con obras propias de la compositora e intérprete. Estas obras están escritas en las mismas tonalidades que el genio de Eisenach eligió para sus Suites, creadas en su momento como un lenguaje experimental, y que se han convertido en piedra angular del repertorio chelístico. Cada tonalidad musical simboliza o produce un color para Azquinezer y es esta sinestesia la que ha dado nombre a esta personalísima trilogía: Azul y Jade (2014), Blanco y Oro (2019), y, por último, Hierro y Verde, que contiene la quinta y sexta Suites de Bach y obras como Eurídice o Entréme donde no supe, basada en el poema de San Juan de la Cruz.



Finalmente, el concierto de cierre fue a cargo de las violonchelistas Miriam Montana y Sònia Benadent con Imitazione. En esta actuación, se puso en valor la manera en la que los compositores barrocos utilizaban la imitación como elemento central en su creatividad, ofreciendo una visión innovadora y emocionante de la música de esa época. La interpretación exploró tanto obras maestras del repertorio barroco como las posibilidades de transformación y nuevas interpretaciones cuando dos violonchelistas se unen en escena.
Tres conciertos maravillosos de gran calidad que han acercado a los vecinos de Redueña y a los visitantes una experiencia cultural verdaderamente única. Es genial ver cómo eventos así enriquecen nuestros pueblos y permiten disfrutar de la música en un espacio con una acústica inmejorable como es la iglesia de San Pedro Advincula de Redueña, que hizo las delicias tanto de asistentes como de los propios músicos.
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