Luis Fco. Durán Carretero
Para hacer un toro con chocolate a la naranja, lo primero que hay que tener es un toro matao o muerto, por lo menos. Ya que vivo son muy complicados de guisar. En primer lugar, porque no se deja, en segundo porque, a ver como lo metes en la perola y, que no se coma las hortalizas con las que le vas a guisar,
Lo siguiente que hay que tener es una buena cantidad de chocolate, a ser posible a la taza y no a la cachimba o también conocida como narguile. Mayormente porque, con la segunda opción, en vez de caldereta, acabas colóqueta y se jodío el guiso, además te quedas con el doble de hambre, la que tenías y la que te otorga la pipa en cuestión.
Hay que tener también un naranjal, repleto de naranjas, a ver si van a estar en flor los naranjos y solo sacamos agua de azahar, que está muy bien para perfumarnos, pero no para hacer lo que pretendemos, que es un estofado, a fin de cuentas. No confundir naranjal con carajal, que es lo que nos puede dar con lo que hemos comentado antes de las pipas,
Bien pasemos a la elaboración. Una vez troceado el toro y haber hecho un perchero con los cuernos (del toro) habernos comido unos sesos rebozados y preparado unos cachos con morro y patas del bebido en cuestión, picantitos, por supuesto. Y curtido una alfombra con la piel del toro, que no es lo mismo que la Península Ibérica. Rehogaremos la carne, una vez troceada, salpimentaremos y añadiremos las zanahorias el pimiento rojo y el verde, en menor cantidad que el rojo, le pondremos unas hojas de laurel, romero, unas pocas pimientas blancas en bolas, que no desnudas… tres o cuatro naranjas loncheadas, rehogaremos todo con mucho mimo. Cuando tengamos una salsa conseguida con el rehogado de todos los ingredientes, añadiremos media botella de vino blanco y otra media de ribera del Duero, la otra media del tinto nos la bebemos mientras se va haciendo el guiso. Cuando la carne esté prácticamente hecha añadiremos la media libra de chocolate. A la taza, recuerden, que si no pasa lo que pasa…y el zumo de seis naranjas exprimidas y queda un guiso para chuparse los dedos.
Dejar reposar y esperar un día o dos para disfrutarlo.
Este escrito no es lo que se espera de mí. No porque sea bueno escribiendo, que ya sé yo que no lo soy, si no por protestón. Pero igual y sin que sirva de precedente, esto sí que tiene alguna utilidad, pues este guiso es un espectáculo.
Salud y buen provecho.
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