Una tormenta de verano agrava el estado de ruina del Destacamento Penal de Bustarviejo, el mejor conservado de todos los que se construyeron en el primer franquismo para explotar a los prisioneros del bando republicano y convertirlos en trabajadores esclavos de las obras de infraestructura del régimen.

A finales del pasado mes de junio, uno de los temporales de viento y lluvia que se vienen registrando en este inicio de verano destruyó parte del tejado de uralita de la zona de los antiguos dormitorios de los presos.

Estos desperfectos no suponen sólo un daño material en la instalación. También generan un problema de seguridad que impide las tareas de una asociación local de memoria democrática denominados ‘Los Barracones’, que desde hace una década realiza actividades de explicación y concienciación sobre el significado del Penal, realiza visitas guiadas a grupos de ciudadanos, institutos y colegios y celebra actos solidarios, pedagógicos y reivindicativos como Jornadas de Memoria y conciertos en el propio Penal.

Parte del Destacamento fue rehabilitado parcialmente gracias a los fondos habilitados por el gobierno de Rodríguez Zapatero. Sin embargo, la tormenta ha afectado a otras partes que se encontraban en un estado más precario. Durante décadas la instalación penitenciaria fue utilizada por los ganaderos locales para estabular a sus animales. Este uso inadecuado del lugar sirvió, sin embargo, para impedir que se provocara un estado de ruina irremediable.

La techumbre ahora destruida por las tormentas es de uralita y su tratamiento y remoción exige un conocimiento técnico delicado muy especializado. De ahí que la reparación no resulte sencilla ni de bajo coste. La Asociación ‘Los Barracones’ ha puesto en marcha una campaña pública de sensibilización ante las administraciones local, autonómica y estatal, con el fin de obtener fondos para restaurar las zonas dañadas y reanudar su importante tarea pedagógica y política en favor de la memoria democrática.