Más Gratitud

Paloma López Pascual – Psicóloga Serie: ¿Qué tenemos en la cabeza?

Es discreta y pocos recaen en su presencia. Es la labor de todas esas personas que cada día se esfuerzan por mantener limpio cada municipio, cada ciudad, cada país, nuestro entorno, nuestros campos, nuestros mares… nuestro Planeta 

Hace unos meses, seis ya – ¡cómo pasa el tiempo! -, me comprometí y emplacé a mí misma a escribir mi agradecimiento en forma de artículo a l@s trabajadores/as relacionados con la recogida de residuos. Es un numeroso colectivo pero, al igual que la materia que recogen, suelen pasar bastante desapercibidos para la mayoría de las personas. Creo que, como dije en otra ocasión, mucha gente prefiere mirar para otro lado, deshacerse cuanto antes de la basura que genera y perderla pronto de vista, en una ilusión de que no existe. 

Así, nadie quiere contenedores cerca de sus casas, ni demasiados recipientes para el reciclaje en sus cocinas o, en todo caso, que estos permanezcan ocultos tras un frontal estético y neutro que resulta ser una puerta más de armario, disimulando los cubos que están dentro porque, en general, se prefiere la maniobra rápida de dejar todos los restos bajo una tapa y hacer “chas» para que «desaparezcan de tu lado». Huelen mal, son feos a la vista, incómodos… En definitiva, molestan. Por todo esto, la labor de las personas que se dedican a recoger la basura es encomiable; pensemos que ell@s no pueden eludir la suciedad, el mal olor y el desagrado al que continuamente se tienen que enfrentar, máxime cuando quienes la depositamos no lo hacemos con el cuidado adecuado, ni siguiendo las normas y clasificación que nos proponen, estupenda práctica a lograr y que facilitaría ostensiblemente su trabajo.

Por desgracia, a menudo se hace una prolongación de estas sensaciones hostiles para con las personas que se dedican a la gestión y recogida de residuos. Nos pueden llegar a molestar, porque los asociamos con «a lo que se dedican», y hacemos así un sinécdoque (figura literaria que consiste en confundir el todo por la parte, o la parte por el todo). No es que llamemos «basura» a los trabajadores, ¡¡¡claro que no!!! Pero muchas veces nos resultan igual de molestos que los residuos que recogen, cuando nos recuerdan continuamente que reciclemos, que no consumamos tanto plástico, que depositemos cada cosa en el contenedor adecuado y a ser posible dentro… Sí, «dentro”. Porque much@s deberían volver a ver unos cuantos episodios de «Barrio Sésamo» para distinguir entre «dentro» y «fuera»; genial programa infantil, por cierto, que ya en los ochenta apostaba por el cuidado y educación medioambientales y afortunadamente nos lo transmitía a los que éramos por entonces niños y adolescentes. Os dejo un enlace de una canción del programa, relacionada directamente con el tema que nos ocupa.

Como iba diciendo -que me distraigo en los buenos recuerdos de Espinete, Epi, Blas, Coco, Chema el panadero…, – estos trabajadores de los residuos a menudo nos irritan con su insistencia en el deber hacer correcto y nos sale, sobre todo, ignorarles. Yo no soy una trabajadora “en plantilla”, pero como se observará en mis publicaciones, hago todo lo posible por la labor, con la difusión de estas ideas; y me incluyo entre las «pesadas» que están todo el día con la misma cantinela a l@s que tengo a mi alrededor: «Recicla, por favor y cuida el Planeta, que no tenemos otro”.
Al hablar de los ochenta, también recuerdo que ninguno de mis compañeros/as de EGB, BUP, COU… querían elegir la profesión de basurer@, barrender@, etc., cuando nos preguntaban qué queríamos ser de mayores. Estaba hasta mal visto. Y sin embargo, a todos se nos llena la boca cuando decimos: «Pero no tenemos nada en contra, ¿eh? Es una profesión muy digna». 

Por supuesto que lo es. Y muy admirable. Como he dicho antes, no es precisamente agradable, ni está valorada como merece. Afortunadamente, y con el cuidado del lenguaje con el que en esta ocasión no puedo estar más de acuerdo, hemos hecho los bienvenidos cambios de «basura» por «residuos», «basureros» por «personal de limpieza», » encargados de la basura» por «gestores de residuos», etc. … 

«Basura» siempre ha sido una palabra con sentido peyorativo, asociada a «lo peor». Utilizamos este término cuando nos referimos a gente sucia o despreciable. Pero la basura en realidad no es sucia. Los sucios o sucias somos las personas, o lo que hacemos con esos residuos. La basura no es más que el resto de nuestro vivir diario; lo que creemos que ya no sirve para nada. Y ahí es donde está la equivocación. 

Si la otorgamos el significado y el destino correctos, veremos el valor que tiene: clasificándola adecuadamente, aún le queda vida, recorrido y aprovechamiento. Lo saben muy bien l@s que se dedican a gestionarla; l@s que se dedican a pensar el mejor modo de transmitir a ciudadanos y políticos la relevancia de su correcta separación dentro de los hogares, del correcto depósito en (dentro de) los contenedores adecuados por parte de los ciudadanos, y del correcto sistema de recogida por parte de l@s operari@s de la limpieza: limpiadores, limpiadoras, barrender@s, camioneros, alguna camionera (¡¡tendría que haber más!! Como suelo decir, siempre es un buen momento para recordar la importancia de la igualdad entre hombres y mujeres así que, aprovecho la ocasión).

Aunque trabajen casi “en la sombra” y puedan pasarnos desapercibidos, el negociado de la gestión de residuos lo conforman muchas personas repartidas en diferentes departamentos: Gestores/as, administrativ@s, conductores/as, peones, operari@s de recogida, limpieza y puntos limpios, mecánic@s, educadores y educadoras ambientales… 

Quizá no se conozca a fondo la estupenda labor que tod@s ell@s realizan, pero os aseguro que es verdaderamente compleja e importante. Me consta que se esmeran todos los días en ofrecer los mejores servicios a l@s ciudadan@s, y su tarea nunca será lo suficientemente reconocida y gratificada. 

No olvidemos que la mejor forma de agradecerles su trabajo es colaborar siempre con una correcta clasificación y depósito de los residuos; pero mucho más ahora, en verano, que la tendencia al descontrol y al descuido en este sentido es máxima. Si vemos que unos contenedores están llenos, no generemos desbordamientos, por favor.

Quizá podemos leer de nuevo este artículo, no desprendernos con tanta urgencia de nuestras bolsas de basura y esperar a encontrar otros puntos que estén más vacíos para depositarla. Así, nos cuidamos y les ayudamos en su labor.

“Más gratitud”, por tanto, a tod@s y cada un@ de ell@s.

2 Comentarios sobre "Más Gratitud"

  1. Paloma López Pascual | 26/07/2022 at 5:35 pm | Responder

    Muchas gracias por tu comentario, Cristina; por «vuestro» comentario, ya que hablas en plural, y por vuestras afectuosas palabras hacia lo que he escrito.
    Gracias porque veo que también vosotros tenéis esa conciencia social sin la que, desde luego, no es posible que las cosas cambien y mejoren. Gracias por ser tan cuidadosos y sensibles con el tema de la separación de residuos, el reciclaje y el cuidado del medio ambiente, en definitiva.
    Tomar conciencia es cosa de todos y todas. En realidad es detenerse a pensar un poco y hacer lo que cada un@ considere oportuno. Por poco que nos parezca lo que hacemos desde cada casa, desde cada gesto personal, es mucho cuando unimos esfuerzos, y siempre sirve para algo; siempre. Así que, gracias por vuestra aportación diaria; es con la que realmente lograremos cambios; con los «pequeños-grandes» gestos cotidianos e incluidos en nuestro día a día para que este mundo mejore. Un abrazo!!

    Paloma López Pascual

  2. Se ve que tienes una gran conciencia social.Nosotros lo hacemos lo mejor que podemos y sobre todo somos cuidadosos separando restos porque muchos de ellos como el vidrio,el cartón y el plástico pueden tener otra o muchas más utilidades.Creemos que estás creando conciencia en lo relativo a el medio ambiente del que se nos llena la boca pero por ejemplo millones de toneladas de plástico siguen acabando en el mar,por poner un solo ejemplo,todo esto sin hablar de las microparticulas que ingieren los peces,cómo científicamente se ha demostrado.En fin,no te canses de remover conciencias,a ver si vamos tomándonos el tema con algo más de rigor.Nos ha gustado mucho tu aportación.Un abrazo.

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